RESUMEN DE ALGUNAS ESTRUCTURAS COOPERATIVAS BÁSICAS Lápices al centro El maestro o la maestra da a cada equipo una hoja con tantas preguntas o ejercicios sobre el tema que trabajan en la clase como miembros tiene el equipo de base (generalmente cuatro). Cada estudiante debe hacerse cargo de una pregunta o ejercicio: Debe leerlo en voz alta y debe ser el primero que opina sobre cómo responder la pregunta o hacer el ejercicio. A continuación pregunta la opinión de todos sus compañeros o compañeras de equipo, siguiendo un orden determinado (por ejemplo, la dirección de las agujas del reloj), asegurándose de que todos sus compañeros aportan información y expresan su opinión. (FUNCIÓN DE LOS VOLUNTARIOS) A partir de las distintas opiniones, discuten y entre todos deciden la respuesta adecuada. Y, finalmente, comprueba que todos entienden la respuesta o el ejercicio tal como lo han decidido entre todos y sabrán anotarla en su cuaderno. Se determina el orden de los ejercicios. Cuando un estudiante lee en voz alta “su “ pregunta o ejercicio y mientras cada uno expresa su opinión y entre todos hablan de cómo se hace y deciden cuál es la respuesta correcta, los lápices y los bolígrafos de todos se colocan en el centro de la mesa para indicar que en aquellos momentos sólo se puede hablar y escuchar y no se puede escribir. Cuando todos tienen claro lo que hay que hacer o responder en aquel ejercicio, cada uno coge su lápiz y escribe o hace en su cuaderno el ejercicio en cuestión. En este momento, no se puede hablar, solo escribir. A continuación, se vuelven a poner los lápices en el centro de la mesa y se procede del mismo modo con otra pregunta o cuestión, esta vez dirigida por otro alumno. Criterios para potenciar la participación y la interacción ( FUNCIONES DE LOS VOUNTARIOS) Después de que un alumno haya leído el ejercicio y haya dicho su opinión, los demás intervienen siguiendo un orden determinado y estricto, evitando en todo momento que alguien se avance y diga (e imponga) lo que hay que hacer. Hay que evitar que alguien imponga su punto de vista. Quizás en un equipo acaben haciendo generalmente lo que opina u determinado miembro, pero siempre después de que todos hayan opinado y hayan tenido la oportunidad de expresar su punto de vista. Hay que fomentar la discusión, el diálogo, el consenso (interacción simultánea), y evitar la precipitación y las respuestas improvisadas o poco reflexionadas. Estructura “1-2-4” El maestro o la maestra plantea una pregunta o una cuestión a todo el grupo, por ejemplo, para comprobar hasta qué punto han entendido la explicación que acaba de hacerles, o bien para practicar algo que les acaba de explicar. El maestro o la maestra facilita a cada participante una plantilla, con tres recuadros (uno para la “situación 1”; otro para la “situación 2”; y otro para la “situación 4”), para que anoten en ella las sucesivas repuestas. Dentro de un equipo de base, primero cada uno (“situación 1”) piensa cuál es la respuesta correcta a la pregunta que ha planteado el maestro o la maestra, y la anota en el primer recuadro. En segundo lugar, se ponen de dos en dos (“situación 2”), intercambian sus respuestas y las comentan, y de dos hacen una, y la anotan, cada uno en el segundo recuadro. En tercer lugar, todo el equipo (“situación 4”), después de haberse enseñado las respuestas dadas por las dos “parejas” del equipo, han de componer entre todos la respuesta más adecuada a la pregunta que se les ha planteado. Criterios para potenciar la participación y la interacción (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) Debe incentivarse que todos participen, ya en la “situación 1”. Si algún miembro del equipo no sabe qué contestar, o queda bloqueado, algún compañero o compañera, o el maestro o la maestra, pueden darle alguna pista, si se cree oportuno. En la “situación 2” y en la “situación 4” debe asegurarse que todos los participantes expongan su respuesta, opinen sobre las respuestas de los demás, y decidan entre todos la que consideran que es la mejor, que puede ser la que ha aportado uno de ellos u otra que han elaborado de nuevo con las aportaciones de todos ellos. Para que todos tengan la oportunidad de participar, en la “situación 4”, se alternan los miembros de las dos parejas (un ejercicio cada uno) a la hora de exponer a la otra pareja la respuesta que han elaborado. Debe evitarse que un participante imponga su respuesta, o que los demás acepten sin más la respuesta de uno de ellos. Lectura compartida En el momento de leer un texto – por ejemplo, la introducción de una unidad didáctica del libro de texto – se puede hacer de forma compartida, en equipo. Un miembro del equipo lee el primer párrafo. Los demás deben estar muy atentos, puesto que el que viene a continuación (siguiendo, ejemplo, el sentido de las agujas del reloj), después de que su compañero haya leído el primer párrafo, deberá explicar lo que acaba de leer, o deberá hacer un resumen, y los otros dos deben decir si es correcto o no, si están o no de acuerdo con lo que ha dicho el segundo. El estudiante que viene a continuación (el segundo) – el que ha hecho el resumen del primer párrafo – leerá seguidamente el segundo párrafo, y el siguiente (el tercero) deberá hacer un resumen del mismo, mientras que los otros dos (el cuarto y el primero) deberán decir si el resumen es correcto o no. Y así sucesivamente, hasta que se haya leído todo el texto. Si en el texto aparece una expresión o una palabra que nadie del equipo sabe qué significa, ni tan solo después de haber consultado el diccionario, el portavoz del equipo lo comunica al maestro o la maestra, quien pide a los demás equipos – que también están leyendo el mismo texto – si hay alguien que lo sepa y les puede ayudar. Si es así, lo explica en voz alta y revela, además, cómo han descubierto el sentido de aquella palabra o expresión. Criterios para potenciar la participación y la interacción (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) El alumno o la alumna que hace el resumen de lo que acaba de leer su compañero o compañera debe hacer “con palabras propias”, sin “volver a leer” el texto. Finalmente, el resto de los miembros del equipo deben intervenir confirmando, matizando o corrigiendo el resumen oral que acaba de hacer el compañero o la compañera de la lectura que otro u otra había hecho de un párrafo del texto. Hay que evitar que se limiten a aceptar sin más el resumen que se ha hecho. Folio giratorio El educador o la educadora asigna una tarea a los equipos de base (una lista de palabras, la redacción de un cuento, las cosas que saben de un determinado tema para conocer sus ideas previas, una frase que resuma una idea fundamental del texto que han leído o del tema que han estado estudiando, etc.) y un miembro del equipo empieza a escribir su parte o su aportación en un folio “giratorio”. A continuación, lo pasa al compañero de al lado siguiendo la dirección de las agujas del reloj para que escriba su parte de la tarea en el folio, y así sucesivamente hasta que todos los miembros del equipo han participado en la resolución de la tarea. Criterios para potenciar la participación y la interacción (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) En sucesivas aplicaciones de esta estructura todos los miembros del equipo deben tener la oportunidad de ser el que inicia la ronda. De esta manera se asegura que todos tengan la oportunidad de opinar sin que lo haya hecho antes algún compañero o compañera. Antes de escribir el que le toca hacerlo en aquel momento, primero comenta a sus compañeros y compañeras de equipo lo que piensa escribir, para que confirmen si es correcto o pertinente. Mientras uno escribe, lo demás miembros del equipo deben estar pendientes de ello y fijarse si lo hacen bien y corregirle si es necesario. Todo el equipo –no cada uno sólo de su parte- es responsable de lo que se ha escrito en el “folio giratorio”. En la parte superior del folio cada alumno o alumna escribe su nombre, usando un rotulador de un determinado color, que es el mismo que va a utilizar cada vez que le toque escribir él. Así, a simple vista, puede verse la aportación de cada uno. Parada de tres minutos Cuando el maestro o la maestra, por ejemplo, está dando una explicación a todo el grupo, si pregunta abiertamente a todo el grupo si alguien tiene alguna pregunta que hacer o si tiene alguna duda, generalmente hay poca participación o siempre participan los mismos alumnos o alumnas (los más extrovertidos); algunos, en cambio, más tímidos o introvertidos no participan nunca o lo hacen en muy pocas ocasiones o sólo si se les pide directamente. En lugar de esto, de vez en cuando el maestro o la maestra interrumpe su explicación y establece una breve parada de tres minutos (o el tiempo que se considere más oportuno), para que cada equipo de base piense y reflexione sobre lo que les ha explicado, hasta aquel momento, y piense dos o tres preguntas o dos o tres dudas o aspectos que no han quedado suficientemente claros sobre el tema en cuestión, que después deberán plantear. Una vez transcurridos estos tres minutos el portavoz de cada equipo plantea una pregunta o duda –de las tres que han pensado–, una por equipo en cada ronda. Si una pregunta –u otra de muy parecida– ya ha sido planteada por otro equipo, se la saltan. Cuando ya se han planteado todas las preguntas, el maestro o la maestra prosigue la explicación, hasta que establezca una nueva parada de tres minutos. Variante: Esta “parada” puede hacerse también en el transcurso, o al final, de otras actividades (visionado de un video, realización de ejercicios prácticos sobre un determinado procedimiento, visita a un museo...). Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) En sucesivas aplicaciones de esta estructura los miembros del equipo se van turnando en el papel de portavoz, para dar a todos la oportunidad de participar de una forma más directa. El juego de palabras El maestro o la maestra escriben en la pizarra unas cuantas palabras-clave sobre el tema que están trabajando o ya han terminado de trabajar. En cada uno de los equipos de base los estudiantes deben escribir una frase con estas palabras –cada uno a partir de una de las palabras clave-, o expresar la idea que hay “detrás” de estas palabras. Para que sean fácilmente manipulables, escriben la frase sobre un papel de un tamaño pequeño (una tercera o una cuarta parte de un folio). A continuación, siguiendo un orden determinado, cada estudiante muestra la frase que ha escrito a sus compañeros y compañeras, los cuales la corrigen, la matizan, la completan... De alguna forma, la “hacen suya” y ya es una frase colectiva, de todo el equipo, no del que la ha escrito en primer lugar. Si había más de cuatro palabras-clave, se realizan las rondas que sean necesarias, siguiendo el mismo procedimiento (si en alguna ronda ya no hay una palabra para cada uno, se las reparten), hasta tener una frase, debidamente supervisada por todo el equipo, para cada una de las palabras-clave. Después las ordenan sobre la mesa siguiendo un criterio lógico, componiendo una especie de esquema-resumen o mapa conceptual del tema. Cuando el maestro o la maestra ha dado el visto bueno al orden que han determinado, las numeran y, por parejas (en una ocasión una pareja, y en la ocasión siguiente, la otra) se encargan de pasarlas a limpio y de hacer una copia para cada miembro del equipo. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) Las palabras-clave pueden ser las mismas para todos los equipos, o cada equipo de base puede tener una lista de palabras-clave distinta. Las frases o las ideas construidas con las palabras-clave de cada equipo, que se ponen en común, representan una síntesis de todo el tema trabajado. Los equipos pueden decidir qué palabra-clase utilizará cada uno para redactar su frase, o bien puede ser el educador o la educadora quien determine qué palabra debe utilizar cada estudiante. En todo caso, debe asegurarse de que a los alumnos o a las alumnas con más dificultades les corresponda una palabra a partir de la cual sea más sencillo redactar una frase. Incluso, para algunos alumnos con más problemas de aprendizaje, se les podría dar una frase ya iniciada –en un lugar de una sola palabra- para que ellos la completaran. En sucesivas aplicaciones de esta estructura se procura que cada vez sea un alumno o una alumna distinta el que inicie la ronda de correcciones. Cuando, por parejas, las pasan a limpio, se van turnando y mientras uno escribe el otro le dicta y se fija que la escriba correctamente. RESUMEN DE ALGUNAS ESTRUCTURAS COOPERATIVAS ESPECÍFICAS El número Más que de una estructura –en el sentido que las hemos definido- se trata de una estratagema que, combinada con alguna de las estructuras básicas como “1, 2 4”, “Lápices al centro”, “El Juego de las Palabras”, etc., sirve para promover que los miembros de un mismo equipo se ayuden mutuamente para que todos se responsabilicen a hacer y saber hacer les actividades. El maestro o la maestra pone una tarea (responder unas preguntas, resolver unos problemas, etc.) a toda la clase. Los participantes, en su equipo de base, deben hacer la tarea, utilizando alguna de las estructuras básicas, y asegurándose al máximo posible que todos sus miembros saben hacerla correctamente. Cada estudiante de la clase tiene un número (por ejemplo, el que le corresponda por orden alfabético). Una vez agotado el tiempo destinado a resolver la tarea, el maestro o la maestra extrae un número al azar de una bolsa en la que hay tantos números como alumnos. El alumno o la alumna que tiene el número que ha salido, debe explicar delante de toda la clase la tarea que han realizado. Si lo hace correctamente, recibe la felicitación (el aplauso) del resto de los equipos y su equipo de base obtiene una recompensa (una «estrella», un punto, etc.) que más adelante se puede intercambiar por algún premio. En este caso, solo a un estudiante de un solo equipo puede que le toque salir delante de todos. Si hay más tiempo, se puede escoger otro número, para que salga otro estudiante (siempre que forme parte de otro equipo de base). Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) No debe confundirse, en este caso, la recompensa que se ofrece a los alumnos que se han esforzado en realizar bien su trabajo con los premios ofrecidos en el aprendizaje competitivo. El premio lo pueden conseguir todos los alumnos porque este no depende de que un alumno lo haga mejor que los demás, si no de que todos aprendan a hacerlo bien, y es por ello, por su esfuerzo, por lo que se les premia. No necesariamente debe salir el alumno o la alumna que le toque por azar. El educador o la educadora puede decidir quien va a salir, para dar la oportunidad, a alguien que lo necesite especialmente, para que destaque ante sus compañeros, o bien incluso para poner en evidencia a alguien que va “sobrado” y no ha estado atento, etc. El maestro o la maestra deberán decidir la forma más adecuada para “hacerle un bien” a alguien o “evitarle un daño” injusto. Números iguales juntos Como la estructura El Número, se trata más bien de una “estratagema” o “truco” que puede utilizarse como complemento de una estructura básica para asegurar al máximo la exigencia mutua entre los miembros de un equipo a la hora de hacer y saber hacer unos determinados ejercicios o actividades. El maestro o la maestra asigna una tarea a los equipos y los miembros de cada equipo deciden (como en la estructura «Lápices al centro») cómo hay que hacerla, la hacen y deben asegurarse de que todos saben hacerla. Transcurrido el tiempo previsto, el educador o la educadora escoge al azar un número del 1 al 4 entre los cuatro miembros de un equipo de base. Los que tienen este número en cada equipo deben salir ante los demás y realizar la tarea (hacer el problema, responder la pregunta, resolver la cuestión, etc.). Los que lo hacen bien reciben algún tipo de recompensa (un elogio por parte del maestro, el aplauso de todos, un «punto» para su equipo...). En este caso (a diferencia de la estructura «El número»), un miembro de cada uno de los equipos de base (que están formados por cuatro estudiantes) debe salir delante de todos, y todos los equipos, por consiguiente, tienen la oportunidad de obtener una recompensa. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) Como en la estructura “El Número”, también en este caso no debemos confundir la recompensa que se ofrece a un equipo por haberse esforzado en realizar bien su trabajo con los premios ofrecidos en el aprendizaje competitivo. El premio lo pueden conseguir todos los equipos y, por otra parte, si un alumno o alumna “falla” no necesariamente es responsabilidad de él, sino de todo el equipo, que no ha resuelto correctamente la tarea en cuestión. Uno por todos Como las dos estructuras anteriores (El Número y Números Iguales Juntos), esta estructura también es una especie de “estratagema” o “truco” que puede acompañar a una estructura básica para asegurar al máximo que los miembros de un equipo se exijan mutuamente que todos resuelvas y sepan resolver los ejercicios o las actividades. Una vez que los estudiantes han terminado la actividad (los ejercicios, los problemas, las preguntas...) que han realizado en equipo –que pueden haber realizado utilizando alguna de las estructuras cooperativas básicas- el profesor o la profesora recoge, al azar, una libreta o cuaderno de ejercicios de un miembro del equipo, lo corrige, y la calificación obtenida es la misma para todos los miembros del equipo (evalúa la producción de uno (un alumno) por todos (el conjunto del equipo). A la hora de evaluar, el profesor o la profesora se fija en el contenido de las respuestas (no en la forma como han sido presentadas en el cuaderno que ha utilizado para evaluar al grupo, el resultado de la cual, en todo caso, se atribuye al “dueño” de la libreta y único responsable de cómo ha “presentado” los distintos ejercicios en su cuaderno). Esta estructura es especialmente útil cuando los distintos equipos no han realizado las mismas actividades, ya que, en este caso, no sirven ni El Número ni Números Iguales Juntos, puesto que no tiene sentido que salga un alumno o alumna a hacer delante de todo el grupo de clase una actividad que sólo han realizado en su equipo. Estructuras útiles para estudiar los contenidos trabajados en una determinada Unidad Didáctica: Mapa conceptual a cuatro bandas
 Al acabar un tema, como síntesis final cada equipo puede elaborar un mapa conceptual o un esquema que resuma todo lo que se ha trabajado en clase sobre el tema en cuestión. El maestro o la maestra guiará a los estudiantes a la hora de decidir entre todos qué apartados deberán incluirse en el mapa o esquema. Dentro de cada equipo de base se repartirán las distintas partes del mapa o esquema entre los componentes del equipo, de modo que cada estudiante deberá traer pensado de su casa (o hará en clase de forma individual o por parejas) la parte que le ha tocado. Después pondrán en común la parte que ha preparado cada uno, repasarán la coherencia del mapa o del esquema que resulte y, si es necesario, lo retocarán antes de darlo por bueno y hacer una copia para cada uno, que le servirá como material de estudio. Variante: Si el tema lo permite, cada equipo puede hacer un resumen –en forma de mapa conceptual o de esquema– de una parte del tema que se ha trabajado en clase. Dentro de cada equipo, se repartirán luego la parte que les ha tocado a ellos haciendo (cada uno, o por parejas) una subparte de la parte del tema que deben hacer en equipo. Más tarde, cada equipo de base expone al resto de la clase “su” mapa conceptual. La suma de los mapas conceptuales de todos los equipos de base representa una síntesis final de todo el tema estudiado. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) En esta estructura, el maestro o la maestra deberá cuidar especialmente que todos los miembros de los equipos participan de forma equitativa. Es muy posible que un miembro de un equipo –temeroso de que los demás, o alguno de sus compañeros o compañeras, no lo hagan bien- quiera acaparar la tarea y hacerlo todo él, o que se haga como él considera que debe hacerse. El maestro o la maestra deberá asegurarse de que a cada miembro del equipo le corresponde una tarea ajustada a sus competencias y habilidades. Si hay algún miembro del equipo con dificultades de aprendizaje más importantes podría hacer su parte de la tarea, en pareja, juntamente con algún compañero o compañera del equipo. Los cuatro sabios Se trata de una simplificación de la técnica del Rompecabezas, que describiremos más adelante. El maestro o la maestra selecciona cuatro participantes del grupo que dominen un determinado tema, habilidad o procedimiento (que sean “sabios” en una determinada cosa). Se les pide que se preparen bien, puesto que deberán enseñar lo que saben a sus compañeros y compañeras de todo el grupo. Un día se organiza una sesión, durante la cual los alumnos y las alumnas (excepto los que ejercen el papel de “sabio”) estarán distribuidos en equipos esporádicos de cuatro miembros cada uno. En la primera fase de la sesión cada miembro de cada equipo deberá acudir a uno de los “4 sabios” para que, juntamente con los componentes de los otros equipos que han acudido al mismo “sabio”, éste les explique o les enseñe lo que sabe. Después, en la segunda fase de la sesión, cada alumno regresa a su equipo de origen, i cada uno deberá explicar o enseñar al resto de sus compañeros o compañeras del equipo lo que los respectivos “sabios” les han enseñado. De esta manera, en cada equipo de base se intercambian lo que cada uno, por separado, ha aprendido del “sabio” correspondiente. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) En sucesivas aplicaciones de esta estructura todos los alumnos y las alumnas que constituyen el grupo clase deberán tener la oportunidad (siempre que sea posible) de ejercer el papel de “sabios”. Si nos lo proponemos, podemos encontrar, para cada miembro del grupo, algo en lo que éste sea especialmente hábil que, con la debida preparación previa, sea capaz de enseñar y transmitir al resto de sus compañeros y compañeras. Tanto en los “equipos de expertos” –en los cuales el “sabio” transmite sus conocimientos y habilidades a los miembros de los distintos equipos que han acudido a él- como en los “equipos esporádicos” que se han formado para esta sesión –en los cuales cada uno comunica a sus compañeros o compañeras lo que ha aprendido del “sabio”- el educador o la educadora deberá velar para que la interacción entre los participantes se lleve a cabo lo más correctamente posible. El Saco de Dudas Cada componente del equipo escribe en un tercio de folio (con su nombre y el nombre de su equipo) una duda que le haya surgido en el estudio de un tema determinado. A continuación, pasados unos minutos para que todos hayan tenido tiempo de escribir su duda, la expone al resto de su equipo, para que, si alguien puede responder su duda, lo haga. Si alguien sabe responderla, el alumno o la alumna que la tenía anota la respuesta en su cuaderno. Si nadie del equipo sabe responder su duda, la entregan al maestro o a la maestra que la coloca dentro del “saco de dudas” del grupo clase. En la segunda parte de la sesión, el maestro o la maestra sacan una duda del “saco de dudas” y pide si alguien de otro equipo sabe resolverla. Si no hay nadie que lo sepa, resuelve la duda el maestro o la maestra. Esta estructura es especialmente útil para poner de relieve la interacción (en este caso, en forma de solidaridad o ayuda mutua) que debe haber en todo el grupo de clase, no sólo dentro de un mismo equipo, puesto que los distintos equipos se ayudan a la hora de resolver las dudas que un equipo en concreto no ha sabido resolver. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) En la utilización de esta estructura, el maestro o la maestra deberá cuidar de una forma especial que los alumnos o las alumnas menos hábiles a la hora de comunicarse por escrito dispongan de la ayuda o el apoyo necesario, por parte de algún compañero o compañera de equipo, o del propio maestro. Cadena de Preguntas Se trata de una estructura apta para repasar el tema o los temas trabajados hasta el momento y preparar el examen o simplemente para hacer una evaluación formativa y comprobar hasta qué punto se han conseguido los objetivos previstos, y rectificar o ajustar, si es preciso, la programación. Durante tres minutos aproximadamente cada equipo piensa una pregunta sobre el tema o los temas estudiados hasta el momento, que planteará al equipo que se encuentra a su lado, siguiendo un orden determinado (por ejemplo, la dirección de las agujas del reloj). Se trata de preguntas fundamentales (que consideren que podrían salir en un examen) sobre cuestiones trabajadas en la clase, pensadas para ayudar al resto de equipos. Pasados los tres minutos, el portavoz de un equipo plantea la pregunta al equipo siguiente, el cual la responde, y, seguidamente, el portavoz de este equipo hace una pregunta al equipo que viene a continuación, y así sucesivamente hasta que el último equipo hace la pregunta al primer equipo que ha intervenido, al que ha empezado la “cadena de preguntas”. Cada equipo tiene dos portavoces: uno para hacer la pregunta que han pensado entre todos y otro para dar la respuesta que han pensado entre todos. Si una pregunta ya ha sido planteada con anterioridad, no se puede repetir y se salta el equipo que la había planteado. Acabada la primera ronda, se dejan tres minutos más para pensar nuevas preguntas, pasados los cuales se iniciará una nueva cadena, pero en dirección contraria: cada equipo hace la pregunta al equipo que en la primera ronda les había hecho la pregunta a ellos. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) Para asegurar la participación de todos, los portavoces del equipo (el que hace la pregunta a otro equipo y el que responde la pregunta que han planteado a su equipo) cambian a cada ronda. Debe asegurarse que los participantes con más dificultades a la hora de comunicarse oralmente –que también deberán ejercer el rol de portavoces- dispongan del apoyo adecuado por parte de algún compañero o compañera del equipo. Estructura útil para demostrar la eficacia del trabajo en equipo: Mejor entre todos Siempre que la naturaleza de la actividad o tarea que se está realizando lo permita, es muy aconsejable que –para resaltar la eficacia del trabajo en equipo y demostrar que genera más y mejores ideas que el trabajo individual- se puede operar de la siguiente forma: Primero, individualmente, cada miembro de un equipo responde la cuestión que el maestro o la maestra les ha planteado. Al cabo del tiempo estipulado, en segundo lugar, los miembros de un mismo equipo ponen en común lo que ha contestado cada uno y completan, a partir de ahí, la respuesta inicial que cada uno había aportado. Finalmente, transcurrido el tiempo que se haya determinado, el portavoz de cada equipo comunica su respuesta al resto del grupo, y cada equipo va completando – modificando, mejorando...- su respuesta a partir de las aportaciones de los otros equipos. De esta manera se pone de manifiesto –como debe de recalcar el maestro o la maestra cada vez que se aplica esta estructura, al final de la misma- que entre todos conseguimos mejores respuestas o realizaciones. Criterios para potenciar la participación y la interacción: (FUNCIONES DE LOS VOLUNTARIOS) Hay que evitar que algún participante, confiado que los demás compañeros o compañeras de equipo ya le dirán sus respuestas, no se esfuerce a responder, en el primer paso, todo lo que él pueda aportar sobre la cuestión o la tarea planteada. Por lo tanto, el educador o la educadora deberá de velar para conseguir la máxima participación de todos. Bibliografía EL PROGRAMA CA/AC (“Cooperar para Aprender/Aprender a Cooperar”) PARA ENSEÑAR A APRENDER EN EQUIPO Implementación del aprendizaje cooperativo en el aula. Pere Pujolás y José Ramón Lago (Coordinadores) Mila Naranjo, Olga Pedragosa, Gemma Riera, Jesús Soldevilla, Gloria Olmos, Alba Torner y Carles Rodrigo Universidad de Vic