LECTURA Y DISLEXIA La complejidad de la capacidad lectora requiere programas de aprendizaje que se ajusten a las necesidades de cada niño. Deben prevenirse y detectarse con prontitud las dificultades lectoras porque los problemas que persisten en el tiempo pueden derivar en dislexia. Las dificultades pueden surgir en el reconocimiento de palabras escritas o en la comprensión del texto. En este sentido el desarrollo del lenguaje oral del niño tiene una gran importancia. Las actividades de conciencia fonológica y de lenguaje oral son muy importantes a la hora de prevenir dificultades lectoras. Algunos niños confunden letras, sustituyen unas por otras, las invierten, omiten, leen y escriben en espejo. Todos estos síntomas, junto con el silabeo, repeticiones o vacilaciones, son síntomas de lectura inexperta, que si persisten pueden ocasionar dislexia. El origen de estos problemas se halla en las carencias del procesamiento fonológico. Estos niños fallan en actividades de conciencia fonológica. Las capacidades fonológicas para el desarrollo de la lectura son la fonología suprasegmental (acento, pausas, entonación de palabras y frases), la fonología semental (segmentación de palabras en sílabas y en fonemas) y el tiempo de subida que alcanzan los sonidos en su máxima amplitud. En la dislexia se originan déficits para identificar la sílaba acentuada de las palabras, seguir patrones rítmicos y conexiones de grafemas y fonemas. Por otro lado, los problemas de comprensión lectora hacen que se queden en la parte superficial del texto y no logren hacer las inferencias necesarias. Los programas para tratar la dislexia que están basados inactividades fonológicas y de lectura fonética han dado resultados positivos. No sólo se deben intensificar las actividades de conciencia fonológica, sino que también debemos recurrir a juegos de lenguaje (poesías, rimas) que enfaticen los aspectos rítmicos, fonológicos y prosódicos.