Tras varias semanas de formación, no son pocas las conclusiones que puedo extraer del Aprendizaje Cooperativo. Si bien es cierto que se trata de un sistema, metodología, técnica de enseñanza-aprendizaje innovadora, no por ello debe concebirse como un sistema ajeno a la práctica docente, como una metodología de trabajo aún en gestación o como una práctica alejada de nuestras capacidades como profesores; nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que se trata de una potente fuente de recursos que, si bien se presenta ante nosotros como algo novedoso, no por ello carece de efectividad.

Varias son las estructuras que he puesto en práctica durante las últimas semanas en los niveles de 1º de ESO, 3º de ESO y 1º de Bachillerato. Los resultados, lejos de lo que en un primer momento se pudiera pensar, han sido realmente positivos. Sin ser ajenos a las dificultades que genera su puesta en práctica, me veo obligado a reconocer la capacidad motivadora y la versatilidad que ofrece el Aprendizaje Cooperativo. Sin duda, se presenta como una metodología totalmente recomendable.