¡Qué bien se expresan estos chicos sudamericanos! Argentinos parecen, ¿no? Desde luego, las nuevas tecnologías abren un campo de posibilidades inmensas al ámbito escolar. Solo hace falta una sólida formación del docente, recursos económicos en los centros para la adquisición y el mantenimiento de los materiales a nuestro alcance y ganas, ¡muchas ganas de dar un salto hacia adelante! Sin embargo, no soy partidario tampoco de detestar por este motivo todo lo tradicional o todo el trabajo conseguido y llevado a cabo anteriormente en nuestras aulas. Tradición y modernidad deben casar y apoyarse la una a la otra. No estoy de acuerdo con la minusvaloración de la escritura a mano con respecto a la escritura digital sobre teclado, defiendo que ambas modalidades son igual de importantes y necesarias en la vida. Es más, puede que una letra ilegible salida de tu bolígrafo y puño acarree también dificultades a la hora de escribir en una computadora, ya sea en aspectos ortotipográficos o de otra índole relacionados, como la cohesión morfosintáctica o la correcta discriminación del vocabulario.
En fin, que las TICS representan el necesario cambio en un mundo como el educativo ya de por sí muy cambiante, pero tampoco debemos considerarlas, en mi opinión, como la panacea, redención o salvación de otras carencias que asolan a la humanidad y, por ende, a nuestro trabajo como profesores.