Ha sido todo un logro terminar por cuarto año consecutivo un grupo de trabajo que se inició como una experiencia pionera: aprender Flamenco en una escuela dde adultos contando con el asesoramiento de profesores de Conservatorio superior de Música.
En estos cuatro cursos hemos, poco a poco, ido desgranando las ramas de ese árbol del Flamenco. Las alumnaas se muestran entusiasmadas y contentas de ver cómo los palos y cantes de este arte cada vez les resultan más familiares.
Ha sido un gran acierto que en el presente curso, hayamos tenido la posibilidad de contar con las explicaciones e intervención de compañeros de este grupo de trabajo(dos profesores en cada una de las dos ocasiónes en que nos han visitado) porque ha sido la forma ideal, práctica y cercana para que las alumnas comprendieran el objeto de estudio de el presente curso: La Soleá y las variantes de la Soleá.
Mi trabajo, como siempre, ha consistido en adaptar el material que los compañerros han elaborado.
Hasta ahora nos aprendíamos una letrrilla del palo que íbamos estudiando(Fandango, alegrías...)Ya con La Soleá-palabras mayores- esto suponía una osadía. Para comprender bien la esencia dde la Soleá, les preparé unos versos que recitamos al compás de la guitarra con motivo del día de Andalucía.
En este último trimestre, conocimos las variantes de la Soleá. Hemos dedicado especial interés a recoger los romances que nuestras madres y abuelas gustaban de cantar acompañando sus tareas de costura o de trabajo en el campo.
Solo me queda reiterar mi agradecimiento por vuestra disponibilidad y deciros que me encantaría que os animarais todos a seguir el próximo curso con este grupo de trabajo para terminar ya de completar el estudio de éste árbol Flamenco.
Un abrazo.
Juliana