Claro que sí, las mejores zanahorias, las de nuestro huerto. Ha sido una experiencia que aún no ha finalizado, aún nos queda lo mejor por recolectar. La experiencia del huerto escolar, sin duda, ha sido muy gratificante no sólo a nivel educativo sino en el emocional. Al alumnado le ha parecido una experiencia muy ilusionante, ha despertado un gran interés, aspecto básico del aprendizaje al seguir el proceso de un producto desde su siembra hasta su recolección y degustación en un pequeño trozo de terreno. Dentro del aula, hemos podido integrar numerosos aspectos relacionados con el huerto en el máximo de áreas posible. Esta utilización del huerto escolar y la inmersión en la práctica diaria de actividades de clase es un valor que creemos que se puede explotar aún más. Descubriendo el huerto hemos descubierto un recurso pedagógico que esperemos que permanezca con nosotros más tiempo.