Llegados casi a final del mes de marzo y una vez hecha nuestra memoria de progreso, seguimos dando pasos adelante en el ABN. Como docente que se está iniciando en esta metodología, me sigue llamando la atención la capacidad de respuesta que ofrece a los diferentes ritmos de nuestro alumnado, y también como es capaz de anticipar contenidos y procesos de cálculo que, normalmente, serían vistos en cursos psoteriores (me estoy refiriendo a los niveles de 1º y 2º de Educación Primaria.
Al ser todo tan manipulativo, el alumnado llega a un nivel de comprensión y contextualización impensable para otras metodologías tradicionales. En clase, de la mano de la compañera Lucía, consigo ver cada viernes cómo resuleven problemas que a priori parecen inaccesibles, donde acaban empleando procesos de cálculo mental que no dejan de sorprenderme.
Por otra parte, en la resolución de problemas, cada niño es capaz de plantearlo de forma que cada uno recorre un camino distinto, pero todos acaban llegando a la solución correcta. Los niños aprenden a pensar por sí mismos y no a resolver problemas de forma mecánica y por inercia.
En fin, sobrepasado el ecuador de nuestra formación, solo nos queda seguir descubriendo y aplicando en clase los conocimientos que en cada sesión vamos adquiriendo.