Llegando al final del primer año del PRODIG en nuestro centro, considero oportuno realizar las siguientes reflexiones:
nos encontramos ante un programa muy ambicioso y de mucho calado en la confección de nuestro centro escolar. La transformación en un organismo digitalmente competente es un proceso tan difícil, como necesario. Por un lado, decir que el punto de partida de nuestro centro, a priori, era adecuado, pues llevamos varios cursos escolares implementando acciones relativas a la digitalización, con lo cual llevamos un terreno recorrido. Por otro, el paso que hemos pretendido dar en el presente curso escolar no ha estado excento de dificultades.
Las principales acciones realizadas en este primer año han ido encaminadas a ámbito de la comunicación entre el clautro de profesorado y con las familias. En este sentido, si bien hemos fomentado el uso de iSéneca e iPasen, nos hemos encontrado incompatibilidades entre diferentes modelos de móviles y las apps en cuestión, lo cual no nos ha permitido eliminar, de momento, otros canales de comunicación, aunque sigue siendo este uno de nuestros objetivos. Nos encontramos, en este aspecto, con cada vez más familias que reciben comunicaciones a través de iPasen. Igualmente, las tutorías se han agilizado, mediante las observaciones que cada docente realiza del alumnado. Observaciones, que por otro lado, nos siven también como registro de indicencias. En la misma línea, hemos comenzado a convocar reuniones y a compartir información con el claustro a través de las citadas aplicaciones.
En el ámbito de enseñanza-aprendizaje, además de realizar formación en aplicaciones móviles, cada vez más profesorado las usa en clase, con lo cual vamos cumpliendo nuestro objetivo de pasar de TIC a TEP. Dejo el este enlace como muestra del trabajo, que en este sentido he desarrollado con mi alumnado. En esta línea, aunque el centro ha ido aumentando su dotación TIC, nos encontramos con muchas limitaciones, pues a día de hoy, ninguno de los equipo con los que contamos han sido suministrados por la Consejería y el centro, con sus escasas posibilidades económicas, no puede acometer mayores gastos en este sentido.
Por último, el centro ha realizado los diferentes MOOC y cuestionarios de evaluación de la competencia digital docente. Los resultados son dispares, pues, bajo mi punto de vista, no reflejan la realidad al 100% y una parte del profesorado ha mostrado, en dichas herramientas, menos nivel competencial del que realmente tiene. No obstante, es cierto que partimos de niveles muy dispares y que, aunque estamos estudiando como actuar en este sentido, nos resulta muy dificil acometer determinadas acciones atendiendo a la gran disparidad mostrada. Seguiremos avanzando en protección de datos, aspecto sobre el cual hemos trabajado mucho en el presente curso escolar, estableciendo nuevos protocolos de almacenamiento y difusión de material sensible. Por su parte, el equipo directivo está estudiando la posibilidad de establecer un programa interno de mentorización TIC, así como contemplar, dentro del horario del profesorado formación y tiempo específico sobre estas temáticas.
A modo de conclusión, considero que el programa PRODIG es muy necesario, y aunque a lo largo del curso, hemos vivido muchas improvisaciones sobre él, y en función de la información y requerimientos de la Consejería, no veíamos en rumbo claro, seguiremos en la línea que hemos comenzado con el firme propósito de convertirnos en un centro digitalmente competente.