Es complicado realizar una valoración diferente a la realizada en el seguimiento dado que el periodo de alarma truncó en aquel momento el trabajo que veníamos realizando. No obstante, considero que gran parte de los objetivos marcados ya se habían alcanzado en aquel momento.

De todos los objetivos previstos al comienzo de esta formación en centro, la de la utilización del cuaderno de Séneca como herramienta (actividades evaluables, programación de UDIs, etc.) es la única en la que nos hemos podido seguir formando, aunque, como ya dije antes, ya habíamos cumplido los objetivos previstos antes del periodo de confinamiento, sobre todo con la creación de la UDI sobre los seres vivos.

En lo referente al trabajo cooperativo, está más que claro y no creo que a nadie escape, que con la nueva situación creada a partir de la pandemia, va a cobrar una nueva dimensión. En mi opinión, no debería desaparecer de las aulas, pero a partir de ahora se necesitarán unos medios técnicos para que los alumnos puedan cooperar en la distancia que no vamos a tener. Si todo evoluciona como dicen, la disposición espacial de las aulas nos vendrá impuesta, y ésta primará el trabajo individual y la clase magistral. Lo cual no quita que se puedan realizar actividades en gran grupo, tipo asamblea. Las rutinas de pensamiento para ayudar al alumno a reflexionar, razonar, observar¿ también se han podido ir llevando a cabo durante el periodo de confinamiento, pero limitados por las que los alumnos y alumnas ya dominaban, puesto que es complicado introducir nuevas rutinas de pensamiento desde la distancia.

En relación a la secuenciación de los contenidos de matemáticas, también se consiguió el objetivo propuesto, que era elaborar una propuesta que sistematizara el área desde primero a sexto. En este sentido, por la interrupción del curso, no dio tiempo a secuenciar los contenidos referentes a la composición escrita.

No me quiero extender mucho en el apartado de las dificultades encontradas, puesto que hay una que eclipsa a todas las demás, y es la de haber tenido que cambiar la educación presencial por la educación a distancia en 48 horas, sin equipaje y con lo puesto. Creo que jamás se valorará lo suficiente el esfuerzo que los docentes hemos hecho para adaptarnos a esta modalidad educativa, y aún seguimos, tratando de mejorar cada día y encontrar nuevos caminos para llegar a nuestros alumnos, intentando que las diferencias individuales no se acrecienten debido a la brecha digital, el nivel sociocultural de la familia, o los cientos de factores que están influyendo y que escapan de nuestras manos. Por otro lado, comentar que las herramientas puestas a nuestra disposición por la administración, aunque tienen visos de que pueden ser válidas, aún les queda mucho margen de mejora para que resulten realmente útiles y fiables.

En relación a la valoración de mi participación y de la colaboración entre los compañeros. Dado que, como he comentado antes, la mayoría de los objetivos se consiguieron antes del confinamiento, y dado el esfuerzo realizado por todos para vencer las dificultades, mi valoración es excelente. Matrícula.


Perspectivas para el futuro:

Ahora entramos en una nueva etapa, completamente impredecible, en la que en el epígrafe de las propuestas de mejora de la memoria final aparecerán aspectos que hace dos meses a nadie se le pasaba por la cabeza. Se avecinan tiempos en los que la formación cobrará más importancia, y tendremos que poner mucho esfuerzo por nuestra parte para adaptarnos, pero nos tienen que dotar de herramientas que sean fiables, válidas, útiles y sencillas que permitan que todos los miembros de la comunidad educativa pueda acceder a ellas. El maestro, más que nunca, será un diseñador de nuevos medios y materiales para la enseñanza, materiales que no solo se adapten a las nuevas circunstancias, también se tienen que adaptar a las peculiaridades del aula.

La pandemia no está haciendo más que acelerar un proceso que era inevitable: la digitalización de la escuela. Pero aún nos queda mucho camino para estar mínimamente preparados. ¿Estamos dispuestos, cada uno de los actores que formamos parte de la comunidad educativa, a poner todo de nuestra parte?

Por último, recalcar que por mucho que los docentes, alumnos, familias¿ pongamos de nuestra parte (en cuanto a la auroformación se refiere), si ponen a nuestra disposición una balsa para atravesar el océano, el naufragio está más que garantizado.