• Grado de consecución de los objetivos

El claustro de docentes del CEIP Francisco Giner de los Ríos de Barbate arrancó el curso escolar 2.019-20 con un objetivo común: continuar con la trayectoria formativa que nos permitiese ajustarnos cada vez más a las necesidades educativas de nuestro alumnado. Así, después de adquirir conocimientos en metodologías y estrategias para el desarrollo y evaluación de las competencias clave en nuestro alumnado, pasamos a un ajuste de nuestras instalaciones que facilitase el acceso al currículo especialmente de nuestro alumnado con necesidades educativas especiales, pero del que se pudiese beneficiar la totalidad del alumnado, formándonos para ello a través del curso Aprendices Visuales en la Infancia. 

Para este curso, se propone al claustro la necesidad de coordinar estrategias metodológicas con el IES de referencia de manera que se garantice una continuidad de las mismas y faciliten un tránsito lo más coherente posible de nuestro alumnado a la Educación Secundaría, optando por el Aprendizaje Cooperativo como estrategia metodológica más favorable de cara a la atención a la diversidad de nuestro alumnado y por las innumerables ventajas que aportaría este trabajo en nuestro alumnado. Cerraríamos con el desarrollo de las Habilidades Sociales como complemento muy ajustado e interesante para nuestra formación de este año. 

Dicho esto, las circunstancias acaecidas por el COVID-19 y por ende, la paralización de las clases presenciales en los centros educativos, provocan que el grado de consecución de los objetivos propuestos haya sido mínimo, ya que el modo en el que planteamos dichos objetivos requerían de una actividad y coordinación entre docentes, y por otro lado, de trabajo y experiencia en clase con el alumnado. No obstante, transcurridas las dos primeras sesiones de formación, los diferentes maestros y maestras pusieron en práctica diferentes dinámicas de Trabajo Cooperativo, compartidas y analizadas en diferentes reuniones de Ciclo y Equipo Docentes, pero sin la profundidad ni recorrido que hubieses deseado. 

En relación a los objetivos vinculados a la formación en Habilidades Sociales, podemos cuantificar a groso modo como  la superación de un tercio de los mismos, ya que en la sesión y ponencia de formación pudimos llegar a comprender la importancia del trabajo en cuanto a Inteligencia Emocional para el desarrollo de las habilidades sociales de los alumnos y mejorar la conflictividad y la agresión del aula, pero no hemos podido ni entrenar ni utilizar dichas capacidades por los motivos anteriormente expuestos.

Finalizamos la formación en centro de este año con un sabor agridulce, y con la incertidumbre de saber sin las futuras condiciones educativas serán las propicias para continuar con estos planteamientos metodológicos que tanto nos habían entusiasmado. De lo que no dudo es de la capacidad que muestran los maestros y maestras de nuestro centro para estar a la altura de las circunstancias, y dar cabida tanto el Trabajo Cooperativo como las Habilidades Sociales tendrán en nuestras futuras propuestas pedagógicas, aunque quizás con diferentes formas y recursos.

• Logros más significativos en el centro tras la transferencia de lo aprendido

Como Jefe de Estudios y Coordinación de la formación, quiero destacar como logro más significativo, no solo a nivel de centro sino local, la puesta en común de las necesidades del alumnado de los diferentes centros de la localidad que tenemos el mismo IES de referencia para coordinar una metodología común que tenga continuidad en la Educación Secundaria y propicien un tránsito coherente de nuestro alumnado a esta nueva etapa. 

A partir de ahí, considero como logro también el entusiasmo del profesorado ante esta propuesta de trabajo común intercentros en nuestra localidad, que se aprecia cuando los profesores exponen y comparten con el resto de compañeros sus pequeñas experiencias con dinámicas de trabajo cooperativo, y motivación y respuesta obtenida por parte de su alumnado. 

Por el contrario, en lo que a las habilidades sociales se refiere,  nos hemos quedado sin completar la formación. Por tanto, la única evidencia que podemos apreciar como logro es la consideración de las Habilidades Sociales como capacidades imprescindibles para un desarrollo integral de nuestro alumnado, y por lo tanto, la garantía de que nuestro profesorado entenderá como parte inherente en nuestra fututa práctica educativa, lo que pasa por continuar y completar nuestra formación en este ámbito. 

• Logros más significativos en cada aula tras la transferencia de lo aprendido.

Respecto a la transferencia al aula de lo aprendido, prácticamente ya se ha comentado, ya que se reduce a pequeñas prácticas y puesta en marcha de algunas de las dinámicas de trabajo cooperativo tratadas en la formación. Este apartado será desarrollado por cada docente en función de sus experiencias en el aula y de los resultados obtenidos.

• Productos, evidencias de aprendizaje, que se han generado.

Las evidencias en los dos ámbitos que ha abarcado esta formación son aquellas que cada maestro y maestra hayan podido generar en su aula a modo de producto final, si ha empleado el trabajo cooperativo como medio para realizar alguna tarea. Más allá de esto, y fruto del trabajo cooperativo fundamentalmente (ya que de las habilidades sociales quedaba pendiente otra sesión de formación), cada docente podrá apuntar algún documento de programación o registro de seguimiento y evaluación de las dinámicas llevadas a cabo en su aula, como pueden ser también fotografías o grabaciones audiovisuales.

• Dificultades encontradas

Las circunstancias ya comentadas nos han llevado a una situación sin precedentes en el ámbito educativo  y que nos han obligado a replantear nuestros métodos de enseñanza, adaptándonos precipitadamente a un proceso educativo vía online. Así, nuestros planteamientos iniciales en cuanto a formación y su transferencia al aula quedan relegados, de forma ineludible, a un segundo plano, focalizando y coordinando todos nuestros esfuerzos en superar la nueva situación y que nuestro alumnado se vea lo menos perjudicado posible. En este nuevo contexto, se hace inviable llevar a la práctica, de momento, las diferentes dinámicas de trabajo cooperativo. Y aunque nos hemos topado con una realidad para la que nos hubiese venido muy bien tener ya trabajado y desarrolladas las habilidades sociales, no apañaremos de momento con los recursos personales de los que cada docente disponga. 

• Oportunidades de mejora.

Todo revés en nuestra experiencia personal puede ser una gran oportunidad para la mejora. En este caso, como coordinador de formación en mi centro, mis pensamientos ya están en plantearme cómo trasladar el Aprendizaje Cooperativo  y Las Habilidades Sociales a este nuevo contexto educativo y al que previsiblemente nos espera. Y, aunque ya se me van ocurriendo algunas ideas, seguro que cuando nos volvamos a reunir los maestros y maestras, surgirán muchas propuestas, porque lo que sí ya ha quedado demostrado es la entrega de los docentes a su profesión. 

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