A estas alturas del curso, es preciso hacer balance del proyecto de Formación en Centros que emprendimos en octubre. Ya sabemos que tal proyecto une dos ámbitos: la Evaluación por competencias y la Convivencia.

Para la Evaluación por competencias hemos contado con dos sesiones que han servido para adentrarnos en el enfoque competencial que hemos de dar a la evaluación. Cuando hicimos nuestras primeras intervenciones en la fase inicial, dije que esta formación debería hacernos reflexionar sobre lo que realmente significa evaluar. En efecto, esta herramienta que Séneca nos ofrece lleva a que la información asociada a cada materia dentro de la programación didáctica se rellene de manera consensuada por el departamento. Además, ayuda a relacionar cada criterio de evaluación con su conjunto de objetivos, contenidos y estándares. Y permite crear actividades asociadas a las tareas de una unidad didáctica. Así, es fácil determinar qué contenidos queremos que el alumnado aprenda,cómo queremos que aprenda cada uno y cómo vamos a evaluar cada uno.

La formación sobre Convivencia consta de tres sesiones de las cuales se han celebrado dos. De lo que hemos tratado en ambas puedo decir lo siguiente. En primer lugar, he tomado conciencia de que debemos desarrollar esas capacidades, o aptitudes, o cualidades, que son esenciales para la mejora del clima escolar: la compasión hacia el otro, la escucha atenta, el respeto, la empatía, la propia responsabilidad en todo lo que pensamos y hacemos, y la necesidad de no comunicar nuestros deseos en forma de exigencias. Por otro lado, he empezado a ser consciente de que la convivencia se construye sobre los pilares de la gestión y la organización; es decir, la convivencia no es algo que deba ser celebrado en determinadas efemérides ni que haya que trabajar en planes anuales o en cursos de formación; la convivencia lo es "todo" y debe ser gestionada y organizada como se gestiona y se organiza la distribución de los horarios, la configuración de los grupos, las actividades extraescolares; y esa manera de organizar la convivencia es lo que debe erigirse en el eje de los proyectos educativos.