Poco a poco vamos tomando conciencia del enorme gasto de papel que a menudo se produce en nuestro trabajo y de que gran parte de ese gasto puede reducirse.
Las diferentes herramientas digitales que estamos utilizando evitan ese gasto innecesario.
No estamos en gasto cero, es evidente, pero vamos reduciendo cada día más: las actas de nuestras reuniones no se imprimen, los documentos los compartimos en la nube a través de diferentes plataformas (Owncloud, Slack, Drive...), las actas de visitas a los centros ahora quedan en Séneca, las bolsas de ayuda ya no se imprimen, los documentos que compartimos con los centros, como sus Planes de Formación, quedan también a mano en los dispositivos digitales sin necesidad de ser impresos, en las actividades formativas se tiende cada vez más a compartir material online en lugar de entregarlo en papel, ...

Desde el inicio de curso actual, personalmente, me he marcado como objetivo reducir el uso de papel. La experiencia en el uso de herramientas digitales y de carácter colaborativo (Owncloud, Drive) así como la introducción de otras (Slack) creo que facilitan/han facilitado el desempeño de nuestra labor en aspectos como la planificación, manejo y organización de la documentación producida y recibida, además de reducir el uso de papel.
En palabras de mi compañera Soledad, quedan reflejadas muchas acciones que nos han permitido avanzar en nuestro propósito: ¿las actas de visitas a los centros¿ registrada en el portal Séneca, ¿las bolsas de ayuda¿ con una gestión digitalizada, la documentación y materiales de las acciones formativas que tiende a compartirse vía y el hecho de manejar cada vez con mas frecuencias documentos en soporte digital a través de dispositivos como móvil, Tablet o portátiles.
El buen hacer de nuestra función nos lleva de forma casi indirecta a cumplir parte de los objetivos propuestos como son el alcanzar la mayor proximidad al objetivo de papel cero o conocer y usar aquellas herramientas que lleven a alcanzar todos los objetivos previstos en el proyecto.
Ahora bien queda centrarnos en aspectos como: Optimizar un repositorio común para almacenar la información y establecer un mecanismo útil de búsqueda para recuperarla, evitar la duplicidad de la documentación, mejorar la comunicación en la gestión para evitar la falta de información y duplicidad de esfuerzos, establecer un protocolo de nomenclatura y una creación de taxonomías para la documentación, usar una única clasificación, diseñar un mapa documental, que clasifica y agrupa los documentos o establecer normas y procedimientos para la gestión y mantenimiento con el objetivo de que se asegure coherencia y rentabilidad de las tareas documentales.
Desde mi ámbito personal en particular, así como desde el ámbito colectivo del CEP, estamos consiguiendo alcanzar gran parte de los objetivo.

Creo que está siendo satisfactoria la evolución de este grupo de trabajo, porque vamos avanzando en el objetivo un poco utópico de uso de papel cero. Se han dado pasos importantes, ya mencionados por mis compañeros anteriormente, a nivel individual. Es de esperar que en el ámbito de la gestión administrativa también se haya avanzado bastante, en esto Raquel tendría algo que decir, pero no es miembro de este grupo. Los compañeros del Equipo Directivo podrán decirnos si se está reduciendo también significativamente el uso de papel.
Como habéis dicho, aún se puede hacer más. Se me ocurre una medida que se trató en un encuentro regional de Ecoescuelas para reducir el consumo de materiales: en las actividades formativas no entregar carpetas si no son necesarias, ni bolígrafos, salvo a quien no traiga, colocando simplemente en una mesa un montón de folios y una caja con bolígrafos para su uso discrecional.