Nuestros alumnos se aburren. De eso estoy convencida. La sociedad ha evolucionado a un ritmo frenético, pero nosotros permanecemos encadenados a contenidos obsoletos que no tienen ninguna utilidad práctica en la vida real; a contenidos que deberían poder adquirirse de manera práctica y lúdica que les hagan sentir que su esfuerzo tiene una recompensa que va más allá de una mera calificación en un boletín de notas.
Reconocen (la mayoría) que asisten al instituto por obligación, que preferirían estar en cualquier otro lugar. Algunos demandan el aprendizaje fuera de las aulas (por cierto, masificadas e impersonales).
Muchos estamos convencidos de la importancia de cubrir las necesidades emocionales del alumnado, en esta nueva sociedad globalizada, como base de los adultos que llegarán a ser; otros se empeñan en escuchar menos y en trabajar más... Nadie sabe cuál es la fórmula perfecta.
Desbordados, fatigados, sintiendo que nunca llegamos a cubrir las demandas y carencias de nuestros discentes, cerramos uno tras otro todos los cursos escolares.
Impulsados por el deseo de vincular el aprendizaje con la realidad de nuestros alumnos, hemos trabajado intensamente en elaborar nuestro periódico escolar.
Por desgracia, las condiciones actuales derivadas de la aparición del coronavirus no nos han permitido ver las caras de nuestros alumnos leyendo el periódico al que han dado vida.
La experiencia ha sido gratificante. La recomendamos encarecidamente.
Un saludo a todos nuestros compañeros docentes.
Montse Solaz
IES La Arboleda
Lepe (Huelva)