En línea con lo que comentais compañeros, me niego a encontrar en estas circunstancias solo aquellos aspectos que pudieramos considerar negativos y es que siempre he estado convencido de que los grandes aprendizaje nacen a partir de grandes adversidades. 

Es por ello por lo que creo que este proyecto, a pesar de que las circunstancias circunscriben las acciones al ámbito familiar, toma también su sentido en cuanto a la convivencia. Y es que ahora más que nunca nuestro alumnado está obligado a convivir y a gestionar todo lo que esto conlleva. 

Desde la asignatura de Educación Física, teniendo en cuenta el contexto en el que estamos impartiendo docencia, abogamos por proponer actividades y abordajes en los que se fomente la relación familiar, aprovechando la opoprtunidad que el confinamiento nos brinda. Ejemplos tales como la participación en coreografías vinculadas a la expresión corporal, la realización de ejercicio físico en casa o la propuesta de realización de sesiones de entrenamiento por videoconferencia, son algunas de las intervenciones que hemos tratado de impulsar para desarrollar los contenidos propios de manera transversal.

Una lástima eso sí, que este virus párase la actividad en los meses que para nosotros son más disfrutones y los que más se prestan a realizar actividades con una gran vinculación con el entorno (uno de nuestros 5 bloques de contenidos, Actividades físicas en el medio natural) y con la convivencia en el centro. Iniciativas para la ocupación del tiempo de ocio como los campeonatos deportivos y más concretamente el matar, que tanto éxito han tenido hasta ahora, tendrán que esperar hasta que esta nueva realidad nos permita volver a nuestro hábitat natural que es la pista y el gimnasio.