María, me adhiero a tu comentario: ojalá llegue un día en que no sea necesario celebrar estas jornadas para reivindicar, exigir, reclamar, animar, alentar, defender... el derecho a la diversidad, por un lado, y por otro el derecho a ser tratados y tratadas por igual o en igualdad.
Ayer martes, las alumnas de B1 presentaron los trabajos que habían realizado para rendir homenaje a las mujeres de sus vidas, y fue un momento emocionante. Por una cuestión de privacidad de las alumnas y de sus madres, que fueron las personas entrevistadas, no puedo compartir esos documentos, pero sí puedo contar que esas mujeres octogenarias (y otras más jóvenes) son modelos para todas las personas que deseen escucharlas porque se han enfrentado a pruebas muy difíciles de las que han salido airosas, porque han trabajado casi desde la niñez, porque han sabido dirigir sus vidas y transformar en generosidad todo lo que han aprendido a fuerza de trabajo, trabas y desigualdad. Ya octogenarias, mantienen un envidiable entusiasmo por la vida, que afrontan con energía, estoicismo y sabiduría, y todas aseguran que hemos avanzado mucho en todos los planos. Así que la lucha continúa pero hay que valorar también los logros conseguidos por las abanderadas del feminismo inclusivo.
Estoy muy contento con las actividades que hemos realizado en clase con nuestros grupos hasta ahora.

José Antonio Ramos Pérez