La necesidad de este tipo de formación en el centro, su sentido práctico y sobretodo, reflexivo son los puntos más destacados en esta fase del curso. El objetivo prioritario de todo el equipo es el fomentar un buen clima en clase.

Es generalizado también, el hecho de que esto no sea puesto en práctica solo como docentes. Tenemos que dedicar tiempo a mirarnos a nosotrxs mismxs si queremos ayudar al alumnado a que se conozcan y encuentren el mejor camino para resolver las situaciones que puedan presentárseles tanto en el aula como en su día a día, porque nuestra labor no es la transmisión de conocimientos.

Los diferentes maestros y maestras, están aplicando técnicas de relajación y disciplina positivas tratadas en el curso. Modular la voz es una de las técnicas más comentadas junto con la relajación o detenerse en el tiempo y el mindfullnes. En concreto, la disciplina del Yoga es aplicada por un grupo una vez a la semana.

La comunicación no verbal es otra de las técnicas que salen a la luz, dando importancia y reflexionando sobre el punto de vista y ángulo del grupo. Sobre todo, de la posición del cuerpo y la consonancia de lo que se dice con ese lenguaje y con el oral, evitando sermones.

Hay compañeros que en concreto dan ejemplos sobre cómo ha evolucionado sus clases a mejor.

Destacar también, el ansia de que la disciplina positiva sirva para valorar la escucha activa por ambas partes (docentes-discentes). No podemos obviar la dificultad y gestión del tiempo del tiempo a la hora de implantar alguna de estas técnicas, aún más cuando son novedosas  y en el aula no se ha trabajado antes. Vivimos en un mundo estresante y eso acompaña e influye en nuestro alumnado. 

El equipo confía en la disciplina positiva como recurso para no perder la calma, ya que este tipo de formación reconoce el trabajo diario en asamblea y emocional que se hace en el aula.