Este verano leí algunos libros sobre como aplicar el mindfullness en clase y este artículo me ha servido para examinar cuanto de aquello había logrado aplicar en la tarea escolar durante el curso y la verdad es que el balance me ha resultado negativo. Me doy cuenta que pesa tanto la formación recibida donde predominan valores y criterios que se encuentran en la escala opuesta a la del mindfullness que es difícil aplicarlos en uno mismo para después lograr transmitirlos a los alumnos. Por otra parte, al menos con las edades con las que nosotros nos movemos, no me parece que los niños se encuentren en un aquí y un ahora de manera natural sino más bien todo lo contrario por lo que me parece que la aplicación de esta técnica no puede plantearse como algo que se hace puntualmente y de forma esporádica sino después de una preparación adecuada por parte del profesorado y la inserción de ella como rutina escolar desde los primeros cursos. También pienso que depende mucho de la predisposición de los alumnos, con algunos sería fácil aplicarla en cualquier momento y pienso que tendría buenos resultados y con otros habría que hacer todo un trabajo preliminar de orientación hacia el tema para lo que habría que tener el espacio adecuado en la programación escolar. De todas maneras pienso que por aquí tiene que caminar la educación en el futuro próximo, no solo de tipo intelectual y cognitiva sino integral.