Las matemáticas son, definitivamente, uno de los grandes lastres de la educación en España. El último informe Pisa así lo subraya; los periódicos se han hecho eco de ello de manera notable y los especialistas de la didáctica de las matemáticas insisten en un cambio de enfoques en el tratamiento de las matemáticas en las aulas. Estas son razones de peso para animarnos a reflexionar sobre nuestras propias prácticas como docentes en relación al tratamiento de este área. Creo que aún nos queda mucho por saber de la materia: qué dicen los expertos en neurociencia sobre la arquitectura cerebral y su predisposición genética o no hacia las matemáticas; qué opinan los especialistas en didácticas de las matemáticas sobre la abordajes clásicos y las nuevas propuestas; cómo de conectada o desconectada están nuestras prácticas del entorno y del aprendizaje funcional de las matemáticas; qué consideramos principal y qué olvidamos a la hora de sumergirnos en los contenidos matemáticos; dónde debe comenzar todo (¿geometría, aritmética, aplicación contextual, etc?).  Para mí, estas sesiones de ABN vienen a suponer una pieza más de un puzle de ideas que aún, y urgentemente, debo ir completando. Sin duda ABN es, según mi opinión, un compendio de muchos recursos dirigidos, principalmente, al cálculo numérico. ¿Es esto suficiente para crear un pensamiento matemático? ¿Proporciona la capacidad de abstracción necesaria para entender el universo matemático que rodea a la persona?

En cuanto a la aplicación de los aprendizajes del presente curso en el aula, sin duda que estoy aplicando aquello que me permite ayudar a mis alumnos/as a mejorar su capacidad de cálculo. En este sentido, puedo afirmar que se producen avances en las habilidades aritméticas de los niños y niñas.