Ya comenzamos las sesiones del grupo de trabajo, donde estuvimos trabajando por ciclos y seleccionando los indicadores de evaluación para cada nivel siguiendo una evolución pedagógica y donde dé cabida a que se puedan evaluar de forma más efectiva el mayor número de indicadores por cada curso.

Por otro lado, estoy de acuerdo con el vídeo que ha publicado el compañero Miguel Ángel, ya que hay veces que delimitamos lo que sabe o no sabe un niño por el mero hecho de la selección que se ha llevado a cabo sobre los instrumentos o técnicas de evaluación. Delimitamos su aprendizaje, la enseñanza y a nosotros mismos.

Los procesos de evaluación tienen por objeto tanto los aprendizajes de los alumnos como los procesos mismos de enseñanza. La información que proporciona la evaluación sirve para que el equipo de profesores disponga de información relevante con el fin de analizar críticamente su propia intervención educativa y tomar decisiones al respecto. Esto significa que no es sólo el alumno/a objeto de evaluación sino que lo son todos los agentes educativos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Desde esta perspectiva, la evaluación significa valorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en su conjunto y modificar éste para adaptarlo a las necesidades que vayan surgiendo. Así, la evaluación se convierte en una herramienta pedagógica, un elemento del currículo que mejora la calidad de la enseñanza, aprendizaje y capacidades del alumnado.