Una metodología y evaluación inclusivas, basadas en competencias, nos permiten diseñar tareas y proyectos reales que conecten, motiven, consoliden y generalicen los aprendizajes de todo el alumnado, en períodos de tiempo más abiertos. El aprendizaje competencial e inclusivo, se construye desde una base más amplia y personal, donde todos tienen cabida y algo que aportar. Desde este enfoque inclusivo del proceso de enseñanza-aprendizaje, adquieren un papel fundamental tanto las metodologías activas, como las prácticas educativas de éxito, que junto a una evaluación inclusiva, potencian un modelo de aprendizaje incluyente. Por tanto, vinculada a la parábola del blog, analizaremos y debatiremos sobre nuestra metodología y evaluación, para observar tanto  nuestras debilidades como aquellas fortalezas predominantes, a través de las siguientes cuestiones:

*¿Cuál de los tres invitados de última hora se sentiría más incluído en tu clase?
*¿Qué tipo de anfitrión eres en el aula?
*¿Cocinas el mismo plato para todos tus comensales día tras día, año tras año?
*¿Te atreves a probar nuevos menús e incorporarlos a tu recetario?

Nos gustaría que nos contaras cómo es tu práctica de aula, si utilizas metodologías e instrumentos de evaluación inclusivos, o cuál es tu opinión al respecto.