El trabajo cooperativo. Una metodología que va mucho más allá de colocar a los alumnos en grupos y mandar ¿que trabajen juntos¿. Una metodología que Después de varios años utilizándola puedo decir que me ha traído mucha satisfacción y muy buenos resultados.
Vivimos en una sociedad en la que a menudo vemos una falta de empatía enorme, personas individualistas que intentan conseguir sus objetivos, a menudo, pisando a sus compañeros o pasando por encima de ellos. Una forma de entender el mundo muy poco gratificante y con resultados que dejan mucho que desear.
Con el trabajo cooperativo se consigue cohesionar al grupo de clase, hacer que todos se sientan valorados y que se valoren unos a otros, algo que resulta indispensable para la autoestima de muchos alumnos. Una vez conseguido esto los alumnos aprenden a trabajar en equipo, pero en equipo de verdad, donde todas las aportaciones son válidas y necesarias y entre todas se enriquece el trabajo. Gracias a las distintas estructuras o técnicas podemos conseguir de una manera sencilla que todos los alumnos participen e incluso se enganchen al ritmo del aula aun cuando están lejos del nivel de la clase.
El único problema que yo le he encontrado a esta metodología es que cuando la usas con grupos muy inquietos durante sesiones largas o varias sesiones seguidas los niños acaban muy alterados. En estos casos creo que es mejor utilizar sesiones más cortas e intercalarlas con actividades individuales donde se mantenga un ambiente más tranquilo. Pero incluso con grupos inquietos la metodología puede llevarse a cabo y ser muy beneficiosa.
Una metodología que sin duda es aconsejable conocer y poner en práctica.