Este año un grupo de alumnos y alumnas de 4º ESO han realizado como viaje de fin de etapa una visita cultural a Roma.
Durante cuatro días han visitado la ciudad de las siete colinas. Ha sido una experiencia maravillosa ya que han podido disfrutar de Roma Antigüa (Coliseo, Via de Trajano, Panteón...), las fuentes de las plazas de España y de Trevi, numerosas Basilicas e Iglesias, los Museos Vaticanos y en especial la Capilla Sixtina.
Pero creo que la experiencia más vibrante fue la Audiencia con el Santo Padre el Papa Francisco. Realizada en el Aulario de Pablo VI, vivimos un encuentro muy entrañable. El Santo Padre nos regaló una maravillosa reflexión sobre la Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, en ella nos exhorta a permanecer radicados en la esperanza de la resurrección (cf. 5, 4-11), con esa bonita palabra «estaremos siempre con el Señor» (4, 17). En el mismo contexto, el apóstol muestra que la esperanza cristiana no tiene solo una respiración personal, individual, sino comunitaria, eclesial. Todos nosotros esperamos; todos nosotros tenemos esperanza, incluso comunitariamente.
El día de la audiencia se celebraba la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas, este año dedica en particular a los niños y adolescentes.Nos animó a todos aquellos que de diferentes maneras ayudan a los menores esclavizados y abusados a liberarse de tal opresión. Deseó que los que tienen responsabilidad de gobierno combatan con decisión esta plaga, dando voz a nuestros hermanos más pequeños, humillados en su dignidad. Debemos hacer todo lo posible para erradicar este crimen vergonzoso e inaceptable.
La Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas, que se celebróen ese día fue porque era la fiesta de santa Josefina Bakhita [muestra un folleto que habla de ella]. Esta chica esclavizada en África, explotada, humillada, no perdió la esperanza y llevó adelante la fe, y terminó llegando como migrante a Europa. Y allí ella sintió la llamada del Señor y se hizo religiosa. Recemos a santa Josefina Bakhita por todos los migrantes, los refugiados, los explotados que sufren mucho, mucho.
Y hablado de migrantes expulsados, explotados,el Santo Padre nos exhortó a rezar , de forma especial por nuestros hermanos y hermanas rohinyás: expulsados de Myanmar, van de una parte a otra porque no les quieren... Es gente buena, gente pacífica. ¡No son cristianos, son buenos, son hermanos y hermanas nuestros! Sufren desde hace años. Han sido torturados, asesinados, sencillamente porque llevan adelante sus tradiciones, su fe musulmana.