Los objetivos que nos hemos marcado con este curso han sido a corto plazo, esperamos poder validar la mayoría del curriculum para próximo curso.
Entre los logros más significativos ha sido la aproximación a la evaluación por competencias con sus indicadores.
Con este trabajo hemos encontrado algunas evidencias que ponen de manifiesto, que mucho indicadores son difíciles de evaluar por no decir imposibles, además con esta revisión hemos comprobados que no podemos seguir el libro a pies juntilla, hay unidades e indicadores que no se trabajan.
Entre las dificultades encontradas a demás de las descritas anteriormente, pienso que se nos carga de trabajo y que desde la administración nos podría facilitar nuestra labor.
A pesar de la desmotivación que con frecuencia sufrimos, veo una oportunidad para que todo el profesorado acceda y conozca la nueva legislación vigente. Nos actualiza , a costa de quitar tiempo al sinfín de quehaceres del aula y del centro.

Una vez llegados a esta fase final, y centrándome en el trabajo realizado durante el tercer trimestre (análisis de los indicadores de evaluación en las áreas de Ciencias y su relación con los contenidos trabajados en los libros de textos), he de decir que me indigna que nos pidan ciertas tareas a nosotros los docentes, con la falta de tiempo y de recursos de los que disponemos, y que los documentos que nos proporcionan desde la administración sean tan poco útiles y estén tan mal diseñados. Muchos de los indicadores de evaluación que proporciona la LOMCE son tan abstractos y generales que son imposibles de evaluar, por no hablar de la falta total de indicadores para evaluar muchos de los contenidos que se trabajan en los libros de textos y que, en mi opinión, son importantísimos (sencillamente hay varios temas cuyos contenidos no aparecen en los indicadores). Me parece que cambiar una ley para hacerla peor es un tremendo error. En la ley anterior, cada unidad didáctica tenía sus criterios de evaluación perfectamente claros y concretos, relacionados con los contenidos que se trabajaban en el aula, por lo que eran útiles para evaluar.

Así pues, con los documentos y directrices que tenemos, la evaluación en el futuro será muy complicada, por lo que la nota de algunos indicadores tendrá que ser inventada. Por ejemplo: el niño conoce y valora los principios democráticos de la Constitución y el Estatuto de autonomía en 1º de Primaria, o acepta su propio cuerpo con sus posibilidades y limitaciones. (Habrá que preguntar uno a uno si tiene complejos o no, psicólogos en vez de maestros). Ahora, si el niño distingue alimentos de origen vegetal y animal, los grupos de alimentos, etc., de eso nos olvidamos (no aparece en los indicadores). Otro ejemplo, un niño de 1º debe identificar plantas de su entorno por su forma, color... (es decir, es importante que distinga un lirio de una azucena, por lo visto), pero conocer las partes de la planta y sus funciones, lo que necesitan para vivir, lo que nos proporcionan, etc., de eso nada, tampoco aparece. Así podría seguir.

En definitiva, estoy muy desmotivada y veo muy poca utilidad en todo el trabajo realizado. En el futuro, haremos lo que podamos para evaluar. Menos mal que el aprendizaje del alumnado y la forma de enseñar no depende de la burocracia ni de los que han diseñado esta ley, sino de nosotros los docentes y de nuestro buen hacer. Al fin y al cabo poner una calificación (con letras, números, rúbrica o lo que sea) es lo de menos, en mi opinión.

Aunque considero la evaluación una herramienta primordial, desde mi punto de vista los indicadores que nos proporcionan para evaluar son poco realistas, abstractos, además de no haber una congruencia entre los indicadores que se evalúan y los contenidos que se trabajan en las distintas unidades. Como bien comentan algunos de nuestros compañeros, en la leyes anteriores, las unidades didácticas tenían criterios de evaluación claros y además relacionados con los contenidos que se trabajaban, algo que nos facilitaba nuestro trabajo diario.Por otro lado, con este curso hemos logrado que el profesorado tenga la oportunidad de conocer la nueva legislación,y al mismo tiempo, aprender a evaluar por competencias en las distintas áreas. .Espero que el próximo curso sea más productivo, y que finalmente podamos aclararnos con todo el proceso de la evaluación, con el fin de poder dedicar nuestro tiempo a otras tareas más necesarias para nuestro alumnado.

Concluyendo el curso, tengo que decir que la validez de los resultados de un proceso de evaluación, como de cualquier proceso de evaluación, depende de muchos factores. Depende, por ejemplo, de los indicadores que se utilizan para evaluar los diferentes ítems, de los instrumentos usados para la recolección de la información, de los criterios con los cuales se evalúa, entre otros. Así, es imposible que un proceso de evaluación arroje resultados válidos si los indicadores que se utilizan para evaluar son ambiguos y no expresan con claridad las dimensiones a ser evaluadas, si los instrumentos carecen de precisión, o si los criterios que se utilizan para evaluar no mantienen relación con el ámbito que se pretende evaluar. Sin desconocer que en el proceso de evaluación haya existido ciertos problemas con los indicadores (algunos no expresan con claridad las dimensiones que se pretende evaluar) y los instrumentos de evaluación.
Sintetizando, mucho trabajo y poca utilidad. Aún así, somos personas y profesionales motivados que nos encanta nuestro trabajo. Esperemos que el próximo año sea más productivo.

Hemos llegado a la finalización del curso, en mi opinión los resultados de un proceso de evaluación, depende de muchos factores, los cuales han de estar claramente definidos. Los indicadores de evaluación son una herramienta que nos ayuda a desglosar de forma mas objetiva la evaluación, indicándonos si los resultados han sido, van en proceso o están conseguidos.
Con este curso hemos logrado que el claustro, tenga la oportunidad de conocer la nueva legislación,y al mismo tiempo, aprender a evaluar por competencias en las distintas áreas.Espero, no obstante, que el próximo curso sea más productivo,dado que las líneas a seguir no son muy claras, se dedica mucho tiempo a todo el papeleo administrativo, y acabamos en la mayoría de los casos, rehaciendo lo que ya existe prácticamente, en definitiva, mucho tiempo de trabajo y poca utilidad práctica.
Como profesionales motivados que nos encanta nuestro trabajo, puesto que el alumnado son nuestro motor, esperemos que el próximo año sea más productivo en cuanto a la praxis, que es lo que nos mueve.

No terminamos de ver, al menos en mi caso, la funcionalidad de la evaluación como tal a través de este registro de indicadores .Este nuevo proceso que se supone va a facilitar nuestro trabajo sigue siendo abstracto y a veces, desmotivador, ya que no siempre es fácil evaluar un contenido a través de los indicadores con los que contamos. Supone un trabajo extra (anotar, registrar, comprobar, etc.) que no siempre coinciden con el currículo, por cierto, y que se nos podía facilitar a través de la administración y designar este tiempo a proyectos y tareas propias de la tutora, descuidada en muchas ocasiones. Aún así seguiremos trabajando, respondiendo a las demandas de la administración como respuesta meramente burocrática. Sería muy fructífero que para el próximo curso el proceso de evaluación se terminase de definir y dedicar nuestra formación a otros aspectos menos ¿administrativos¿.

Como tutora y una vez llegado a la fase final , pienso que se nos pide un trabajo poco funcional , que nos llevará mucho tiempo y que no disponemos de los recursos suficientes , cuando lo que necesitamos es más tiempo para trabajar con los alumnos , atendiendo a las necesidades de cada uno y proponiendo actividades que los motiven realmente , en lugar de tanta burocracia . Las sesiones de 45 minutos la mayoría de las veces vienen muy justas y lo que considero más útil y necesario es sacar el máximo rendimiento de ellas .

Como tutora, pienso que con el trabajo colaborativo finalmente estamos consiguiendo un material acorde con lo que desde educación se nos pide en estos momentos. No obstante hemos de seguir trabajando para el progreso ,elaborando instrumentos y herramientas efectivas que se ajusten a las necesidades de nuestro día a día.
Las directrices generales que se marcan para la evaluación son poco reales y complicadas de llevar a cabo,haciéndonos centrar en lo puramente burocrático para descuidar algunos aspectos importantes como son los proyectos o tareas propias de una tutoría.
Los recursos como así el tiempo para atender a la diversidad del alumnado son escasos e insuficientes.

Yo soy tutora de sexto y no he acabado de verle la utilidad a todo este proceso que, nos roba tiempo de la docencia, no solo en el registro y procesado de mucha información sino incluso en la investigación de como hacerlo
Instrucciones mas pautadas desde la administración serían de gran ayuda, no sin mencionar que el grueso del trabajo lo han empujado desde nuestro equipo directivo para el que solo tenemos palabras de agradecimiento
Particularmente soy de la idea que la enseñanza, por más que difunda contenidos científicos, es una labor humanista y desde ese enfoque la entiendo
La dotación en personal y en medios sí supondría un espaldarazo para el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos, reduciendo ratios y dotando a los alumnos con auténticos instrumentos y materiales de investigación, así como formación para los docentes, y no procesos muy burocráticos y farragosos como el que nos ocupa en este caso

Si el objetivo era realizar el trabajo de analizar y validar el currículo, gracias a la organización en comisiones, se ha conseguido. Claro, que transferir todo esto al aula es bastante complicado. No es nada práctico, es abstracto y resta tiempo y energía a lo realmente importante: ENSEÑAR, más en estos tiempos que corren en los que tanto se habla "de cambiar la educación para cambiar el mundo", creo que esto es lo contrario, ¿burocratizar la educación aumentando nuestro trabajo con tareas administrativas, en una era en la que priman las aplicaciones y la tecnología se usa hasta para freír un huevo?
El producto generado, realmente no tengo claro que sea útil, la administración o quien corresponda podría hacer programas que facilitaran la tarea de evaluar con una base común a todos los centros, por ejemplo, igual que hacemos la declaración de la renta...
La principal dificultad la encuentro en un trabajo mal organizado de base, no desde el centro, parámetros y estrategias confusos, ¿quien sabe lo que hay que hacer?, desconcertante.
Oportunidades de mejora... Pensar que evaluamos a niños y niñas, tengo la sensación de que se olvida, parece que fueran más importantes un montón de indicadores redactados de forma "barroca" que tienes que leer dos o tres veces para entenderlos bien y que al final no te sirven, porque delante tienes a una persona a la que le pasan cosas, y eso no lo puedes medir como ahora se pretende. Creo que en la etapa de educación primaria el alumnado tiene que aprender disfrutando, eso es lo realmente importante, y me da la sensación que este no es el camino y que nos estamos olvidando de los niños y las niñas. Quien lea esto, si alguien lo lee, puede pensar que no tiene nada que ver una cosa con otra, yo creo que sí, yo siento que como docente me están cortando las alas porque a mi me apasiona enseñar, dar clase, contar cosas a mi grupo... Pero cada vez que prepare algo tendré que tener en cuenta que se ajuste a toda esa "amalgama" de cuestiones necesarias para decidir posteriormente si el alumno/a será evaluado positivamente o no.
"En una escuela ideal acompañaríamos los procesos de aprendizaje, fomentaríamos la creatividad y ayudaríamos a los niños y las niñas a saber, a aprender sin la presión de las calificaciones".

Al termino de este curso contamos con un material cada vez más adaptado para su uso, aunque aún con carencias y con lagunas para su aplicación directa. Tenemos aún que desarrollar herramientas que posibiliten y operativicen esa aplicación, por lo que aún necesitaremos una nueva fase de trabajo para que todo lo que hemos hecho hasta ahora tenga una utilidad real adaptada a nuestro centro. Además, todo este proceso conlleva cambios en los documentos del centro que requieren un esfuerzo adicional. A nivel personal este trabajo me está sirviendo para comprender mejor la legislación vigente en lo referente al curriculo y para entender la importancia de las competencias dentro de los aprendizajes y observar que los libros de texto no siempre dan respuesta al curriculo. Por otro lado creo que es un trabajo que se nos podría haber facilitado desde la administración, para que fuera más realista y estuviera unificado para el conjunto de los centros docentes andaluces. Me parece mucho más congruente que se nos pida la adecuación del curriculo por competencias a la realidad de un centro a que se nos inste a elaborar un material general, que después tendremos que concretar. Pienso que conlleva un gasto de recursos importante. Estamos invirtiendo un tiempo que, evidentemente, estamos sacando de otros proyectos y otros aspectos que también son muy importantes para la vida de un centro, y aún así, aun no tenemos materiales concretos de evaluación de aplicación directa en el aula. Esperemos que el año que viene sea aún más productivo y que podamos terminar el grueso de evaluación para podernos dedicar a otros procesos formativos.

Aún no me queda claro la funcionalidad de la evaluación a través del registro de indicadores. Lo considero abstracto, por lo que durante el próximo curso tendremos que continuar el trabajo para que todo lo que hemos hecho tenga utilidad en el centro.
Creo que la administración debe proporcionar a los centros los recursos necesarios y el trabajo realizado podría haberlo facilitado para que fuese unificado por todos los centros.Pienso que se nos carga de trabajo.

Como tutora de cuarto curso de primaria, tengo que decir que ha medida que voy profundizando en la nueva legislación curricular, más liada me encuentro. Desde mi punto de vista el trabajo que estamos realizando me está generando mal estar, porque no le veo mucha utilidad y porque lo único que hace es rizar el rizo. Yo espero y pido que desde la administración se den cuenta que estamos dando un paso atrás con esta nueva forma de operar, rectifiquen y cambie a lo que teníamos, que a mi entender era mucho mas sencillo y práctico. También me produce tristeza el ver que el profesorado, que somos lo que estamos al pie del cañón, no se no pida opinión de como vemos esta nueva forma de actuar. Nosotros somos realmente los que sabemos si esto es factible o no, ya que estamos sumergido día a día en la realidad educativa.

La evaluación a través de indicadores no queda muy clara a pesar de llevar todo el curso trabajando en ello. Se han visto algunas lagunas y queda bastante abstracto a la hora de evaluar al alumnado y aplicarlo a la realidad de cada día. No hay duda que nos hemos puesto al día en cuanto a la normativa vigente, pero no en cuanto a su aplicación funcional a nuestra realidad.

Como tutor pienso que el material que hemos desarrollado nos ayuda a desarrollar nuestro trabajo pero los indicadores de logro algunas veces no son realistas ni proporcionan una evaluación cierta del grupo clase. Todo esto ayuda a tener un mayor conocimiento de la legislación y de los pasos que se deben de seguir, pero al final, las adaptaciones flexibles que se deben hacer, cambian parte del trabajo anteriormente planificado y no se corresponden con la realidad que se está viviendo en estos momentos en la educación. En sesiones de 45 minutos todo esto viene demasiado ajustado y es muy difícil de llevarlo a la práctica. No obstante, este tipo de formación, me da conocimientos y me ayuda a tener una buena experiencia profesional, a la vez que hace que me siga formando como maestro.

Lllegando ya el final del curso se ha desarrollado un gran material que nos permite adaptar el currículo y conocerlo con profundidad. Todavía no se le ve la funcionalidad, entiendo que todo está en adaptarse al sistema.
Sigue quedando trabajo pendiente y se echa en falta una mayor guía-concreción por parte de la administración.
Se ve poca operatividad en el día a día frente a otros temas de mayor relevancia como la convivencia escolar.

Todo el trabajo realizado requiere una adaptación de la dinámica del profesorado en la evaluación. Sigue siendo un sistema poco operativo y muy abstracto para el día a día. Cada vez nos adaptaremos más a este sistema. A este proceso ayudará la concreción del currículum. Sin lugar a dudas este trabajo nos ha dado mayor conocimiento del currículo aunque aún quedan cosas por hacer. El trabajo del maestro requiere contemplar muchos parámetros y todo el tiempo que le quitemos a la elaboración de materiales debido a procedimientos burocráticos no hacen otra cosa que limitar nuestra labor didáctica.