Grupos de trabajo
Se crea la figura del alumno ayudante en 1º, 2º y 3º de la ESO, el cuál asume la responsabilidad de observar los comportamientos de sus compañeros para identificar y detectar problemas, situaciones conflictivas o de exclusión para prevenir, mediar o derivarlas al equipo de profesores participando del grupo de trabajo. El alumno ayudante se convierte en la primera persona al que los alumnos acuden y les ayuda a hablar de sus problemas con más facilidad que dirigiéndose a un adulto y, consecuentemente, se les atiende y se les da respuesta con más celeridad. Gracias al papel del alumno ayudante muchos casos que permanecen ocultos salen a la luz. Dar esta responsabilidad a un grupo de alumnos les permite de aprender a bajar el nivel de conflictividad en el instituto. Los alumnos aprenden a escuchar a sus compañeros de manera objetiva sin entrar en prejuicios. Se reúne un grupo de profesores referente para formar al alumnado ayudante y hacer el seguimiento de sus actuaciones. El equipo de profesores se reúne con el alumnado ayudante cada dos semanas para evaluar por nivel las actuaciones del alumnado ayudante con el fin de conocer su grado de implicación, las situaciones que han podido detectar, las respuestas que han dado a los alumnos que le hayan pedido ayuda. El alumnado ayudante debe de derivar al profesorado referente o en su caso al equipo directivo los casos más graves. La formación del profesorado en el grupo de trabajo les permitirá reforzar las iniciativas de ayuda, el respeto y el interés por los demás. En el centro y en el aula se mejora el ambiente de trabajo y de convivencia, y la figura proactiva del alumnado ayudante se convierte en un modelo a seguir. La corresponsabilidad hacia el bienestar de todo el alumnado e incluso del profesorado que se promueve con este modelo acrecienta el sentimiento de implicación y da guías al propio alumnado hacia una actitud positiva en el clima de aula y de centro.