Analizando los objetivos marcados para la formación y recogidos en el Plan de Formación, se aprecia la adecuada consecución de todos ellos.

En primer lugar, la formación ha aportado conocimientos y competencias emocionales y en mediación al profesorado participante, tanto a nivel personal como convirtiéndolos en formadores del alumnado. Esto ha permitido que las competencias emocionales y en mediación lleguen al alumnado, que ha desarrollado, según niveles educativos, su iniciación al autoconocimiento, las habilidades comunicativas y de resolución de conflictos (en infantil y los primeros niveles de primaria), el desarrollo de estas competencias (en los últimos cursos de primaria) y las habilidades propias del alumn@ ayudante (en la E.S.O.), alcanzando así el segundo objetivo propuesto en la formación.

A su vez, este trabajo complementario y conjunto, ha favorecido las relaciones interpersonales de todos los miembros de la comunidad educativa, mejorándose así las relaciones y favoreciéndose la prevención y resolución positiva de conflictos. La consecución de este objetivo ha dado lugar al siguiente, crear más vínculo entre la comunidad educativa, promoviendo un mayor contacto, empatía y en definitiva, deseo de compartir, de todos los miembros de la comunidad escolar.

Además, la práctica de estas competencias ha tenido repercusiones positivas en los documentos institucionales del centro, volcándose en las Programaciones de Aula y en el Plan de Orientación y Acción Tutorial, en el que se ha hincardinado formando una línea de trabajo en las tutorías de todos los grupos-clase, lo que le ha dado mayor estabilidad y continuidad a las actividades de mediación en los grupos-clase, cumpliéndose así los siguientes objetivos del Plan de formación.

Por todo ello, la valoración es muy positiva. La inestabilidad de la plantilla docente del centro influirá en la continuidad de este trabajo en el próximo curso, aunque su inclusión en los documentos institucionales favorece la misma.