Aprovechando las vacaciones de Navidad, me reuní con algunos de mis alumnos a disputar un partido de fútbol. Sabemos que cada persona es más libre cuando se mueve en su terreno y no dejo de acudir al terreno de los demás para aprender cualquier cosa que esté a mi alcance.

Después del partido, en la tertulia, apareció el tema de la violencia de género. Es fácil, un amplio sector de la juventud conoce perfectamente lo que es violencia de género pero desconoce cómo reconocerla. Alguno de ellos consideran muy normal algunas cuestiones bastante debatibles como saber dónde está tu pareja en cada momento, no permitir que acuda a determinados lugares o que frecuente determinadas compañías. La naturalidad con lo que lo justifican y la claridad con la que ven que esas actitudes son del todo normales, nos hacen reflexionar sobre la necesidad imperiosa de información y de formación, puesto que de lo contrario la sociedad futura seguirá repitiendo los errores de la actual.

Y por cierto, también me di cuenta de otra cosa, he envejecido demasiado como para compararme deportivamente con los chavales que apenas han superado la mayoría de edad. ¿Habré envejecido también mentalmente y ando pidiendo metas anacrónicas?

Pues eso lo veremos en el siguiente partido (...)