En el aula de inglés, tanto para las presentaciones orales como para la producción escrita, he usado rúbricas de evaluación. En ambos casos la calificación oscilaba entre 4 y 1, para valorar siempre el esfuerzo de haber elaborado el documento o la presentación. La máxima puntuación era 20, que se corresponde con el 20% que se aplica a cada destreza según se acordó en el departamento.
En el caso de la rúbrica de producción escrita, se evaluaban los siguientes aspectos: Gramática, vocabulario, coherencia con el tema pedido, cohesión (uso de conjunciones incluido) y estructura del texto y los párrafos.
La rúbrica de las presentaciones orales evaluaba los aspectos fonológicos, use of English (gramática y vocabulario), discursivos, el eye-contact y la preparación previa (documentación, etc)
En ambos casos, la facilidad para evaluar estas actividades ha mejorado muchísimo y el alumnado también se siente más cómodo al saber cuáles son los puntos que tienen mayor peso al evaluar su trabajo.