Las diferentes metodologías propuestas en los talleres del curso de IE y el entrar en contacto con las distintas vivencias de los ponentes nos han aportado, en mi opinión, un enriquecimiento en lo personal y lo profesional que se repercute sin duda en la práctica docente. En realidad no se habló de técnicas innovadoras o revolucionarias, más bien de cambiar el enfoque que tradicionalmente se le da a las clases de lenguaje y de instrumento para que se construya poco a poco en el individuo un sentido musical profundo y duradero. Menos teoría y más práctica, sobre todo en el nivel básico de enseñanzas musicales. Aprender a ¿sentir¿ la música, a ¿vivir¿ el ritmo, a reconocer la organización de los sonidos (acordes, tonalidades, fraseo,etc.) a través del canto y de la práctica instrumental, son algunos de los aspectos que se han tratado y que he podido poner en marcha en mi aula.
Los logros más significativos los he conseguido con el alumnado de 1º ciclo, o sea, los más pequeños. Hemos trabajado los aspectos ritmicos y de la improvisación ritmico-melódica, a la espera de exponerlos en las audiciones de fin de curso. Con el resto de alumnado he encontrado más dificultades por falta de tiempo y de conocimientos previos que no se han podido trabajar anteriormente. En concreto he intentado poner en practica algunas técnicas aprendidas como el toque por imitación, el toque de oído, el ejercicio sobre escalas y arpegios con un enfoque más lúdico, divertido y musical, el aprendizaje de las piezas de memoria y los ejercicios de ritmo aplicados al instrumento, todas herramientas que me han dado buenos resultados en el aula, sobre todo en las clases compartidas (1º y 2º cursos).
En el centro nos ha faltado un poco de tiempo para poder poner en marcha algunas actividades relacionadas con la formación, confío en que se podrá hacer algo interesante en el próximo curso. No obstante se han evidenciados mejores resultados académicos en parte del alumnado debido, a lo mejor, a las diferentes propuestas didácticas en el aula.
El nivel de interacción en nuestro centro ha sido bueno, con intercambios frecuentes de ideas y propuestas, tal vez nos ha faltado más interlocución con el profesorado del centro de jerez, como era de esperar, por la distancia entre los centros y la imposibilidad de concretar reuniones conjuntas entre los equipos.
Dificultades: como dice nuestra compañera Eva, la autonomía que tiene cada docente de seguir su propia metodología, hace bastante difícil encontrar la manera de avanzar juntos con el mismo proyecto, y más en un Centro como el de Arcos donde la mayoría del claustro se renueva cada año. La buena voluntad de la dirección y de parte del profesorado de implicarse en aportar algo nuevo para el centro hace esperar en que en futuro se pueda mejorar en este aspecto.