Cuando los niños utilizan sus propias estrategias para resolver los problemas que se les plantean aparecen algoritmos que, en su mayoría, están alejados de los estandarizados.

Este asunto lo tratamos a diario en las reuniones del grupo de trabajo y siempre concluimos en que hay que fomentar el desarrollo de las estrategias personales de cálculo y resolución de problemas.

Por ello, hemos de dejarlos que descubran las matemáticas, creen sus propios algoritmos para, más tarde, estandarizarizarlos.

En cuanto a la reflexión que hace Hernán de que los alumnos deben conocer los procedimientos para el éxito y supervivencia escolar y no por su relevancia matemática difiero con este autor, ya que el conocimiento de procedimientos algorítmicos nos ayudan a comprender mejor el mundo en el que vivimos. Aunque bien es cierto que en nuestro día a día usamos recursos como la calculadora para hallar la solución a muchos de los algoritmos, es necesario saber de dónde se parte y a dónde queremos llegar.

En definitiva, estoy de acuerdo con la compañera Olivia en señalar que más importante y necesario que saber realizar un algoritmo de manera estandarizada es ver cómo se divierten, juegan e ilusionan los niños pensando que están realizando verdaderos hallazgos matemáticos.

Totalmente de acuerdo con mis compañeras. Es importantisimo, no el conocimiento del algoritmo en si, si no la capacidad de comprensión del por qué se realiza ese algoritmo. La capacidad que tiene el alumnado de descubrimiento es inmesa, y orientandolo, podemos llegar al mismo fin.

Artículo muy interesante que nos brinda la oportunidad de reflexionar acerca de los beneficios y desventajas de los algoritmos. En este respecto, coincido en la idea que expone los perjuicios que pueden suponer en nuestro alumnado el enseñar una fórmula o algoritmo de manera repetitiva sin llegar a comprender qué hacemos o por qué lo hacemos.

Desde mi punto de vista, los primeros niveles deberían centrarse en el aprender a aprender, comprender de manera manipulativa en qué consisten procedimientos tan necesarios en nuestro día a día como la adición y la sustracción, olvidándonos de los algoritmos que nos aprisionan y brindándoles a los niños y niñas la oportunidad de descubrirlo por ellos mismos (¿enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo¿).

Más adelante tendremos tiempo suficiente para mostrarles estos algoritmos, puesto que al contrario que Hernán, creo que forman parte de nuestra sociedad, y abrir sus mentes a nuevas posibilidades. Esto implicaría no quedarnos en el algoritmo tradicional, y guiarles por diferentes caminos para que sean ellos mismos quienes tomen responsabilidades, sentido de la iniciativa y espíritu crítico sobre qué método es más recomendable según qué situación. Esto también requiere docentes abiertos a seguir formándose y aprendiendo, a comprender que un problema tiene muchas soluciones, y que al igual que nosotros elegimos la que consideramos más acertada, nuestros estudiantes pueden alcanzar esta solución por distintos métodos.

No me gustaría terminar mi intervención sin destacar que la presencia de los algoritmos en nuestra vida diaria es esencial y mucho más cotidiana de lo que en ocasiones imaginamos. Los algoritmos determinan cómo funciona una calculadora, un semáforo o un teléfono móvil, y esos algoritmos son desarrollados por personas. La clave está en comenzar por darles la oportunidad de pensar y descubrir, y partir de ahí, todo será más sencillo.

En mi opinión el problema no está en enseñar el algoritmo tradicional, sino en conformarnos enseñando solo este método sin dar opción a los niños a elegir la estrategia que le resulta más sencilla o llamativa ante un mismo problema u operación.

Para mí, la forma tradicional de resolver operaciones está inmersa en la vida de todos y sería un error no mostrarla puesto que en la vida cotidiana de los niños aparecerá constantemente y creo que es interesante que entiendan el cómo se ha resuelto y porqué de esa forma.

Por otra parte, la forma de presentarlo por escrito, en la libreta, tampoco me parece que sea algo negativo, pues simplemente es una forma de presentar los datos para recordarlos y no tiene porque conllevar a que no sepan lo que hacen o el valor que tiene cada cifra, simplemente es una estrategia más de todas las posibles a enseñar.