Para llevar a cabo la propuesta de este grupo de trabajo los miembros del mismo nos hemos estado reuniendo con una frecuencia aproximada de cada dos semanas, en sesiones de unas dos horas.

La primera sesión fue la más teórica irremediablemente. Trató sobre la exposición de un método para el aprendizaje de los modos griegos en todas las tonalidades junto con los acordes y tensiones que de ellos derivan.

Otro punto a tratar fue la escala blues, siendo una de las escalas fundamentales con las que trabajaremos en este proyecto, pues a lo largo de las sesiones veremos las múltiples aplicaciones que ofrece para la improvisación. En este punto se teorizó sobre la construcción de dicha escala blues.

El trabajo de estudio en casa, tras esta primera toma de contacto, era la puesta en práctica de la teoría citada. Para ello el violoncello tuvo que trabajar y memorizar una serie de esquemas que tuvimos que idear conjuntamente, realizando las digitaciones de la escala de blues en todas sus tonalidades, buscando una forma similar a los métodos trabajados por los guitarristas de Jazz trasladados al diapasón del cello.

Por su parte el fagot tuvo que trabajar las escalas con metodología muy distinta, ya que los instrumentos de viento obviamente no se trabaja con "dibujos de esquemas" como la cuerda.

El reto estaba siendo llegar al mismo nivel práctico para la improvisación en instrumentos tan distintos técnicamente.

En la siguiente sesión tras dar un repaso práctico de las escalas de blues en varias tonalidades  trabajamos lo que se llama patrones de secuenciación sobre escalas pentatónicas. Los patrones son unos desplazamientos melódico-rítmicos que  servirían para realizar un estudio rítmico a la hora de llevar a cabo la improvisación.

Trató sobre el uso de la pentatónica y la escala de blues, relación escala-acorde, es decir, en qué casos utilizaríamos lo aprendido. Seguidamente pasamos a la práctica de ello practicándolo sobre unas ruedas armónicas.

El trabajo principal era ahora el aprendizaje mínimo de un lenguaje y unos recursos para la improvisación, pues ya se conocía una parte teórica y su aplicación  técnica al instrumento.

Este punto es la clave de este grupo de trabajo: que practiquemos entre nosotros la improvisación, pues sin esto, todos los demás puntos del grupo son imposibles llevar a cabo. Sólo y únicamente improvisando se podrá adquirir un lenguaje improvisatorio. Al margen de los conocimientos teóricos, claro está.

Semanas posteriores, tras el período vacacional navideño estudiamos la "forma blues". Esto es, como se esquematiza un blues de forma básica y como podemos ir desarrollándolo. Sobre esta forma y con las escalas trabajadas desde la primera sesión, ahora practicaríamos blues en varias tonalidades,  adquiriendo su lenguaje más básico de fraseo y su rítmica.

Tras la práctica del blues pasaríamos con el conocimiento algunas de las claves rítmicas del Son Cubano, y de la Bossa-nova estudiándolas primero teóricamente para pasar inmediatamente a su práctica en conjunto.

En esta sesión también estudiamos los "patrones latin" del bajo, concretamente el ritmo de Tumbao. Esto nos servirá para saber cumplir nuestra función de acompañamiento en nuestra práctica en conjunto los temas que se desarrollen dentro de estos estilos latinos.

En una siguiente sesión pusimos en práctica la clave Tumbao para acompañarnos en las improvisaciones que tratamos sobre la rueda de acordes de la canción "Pedro Navaja" de Rubén Blades.  En este tema de forma ineludible también tuvimos que intercalar el uso de la escala menor armónica, la cual también fue tratada en esta sesión.

Los problemas con los que nos encontrábamos ahora el adquirir el ritmo latino del Tumbao de forma que sonara "lo más natural posible", aparte, por supuesto, del trabajo que continuaba de la búsqueda de un lenguaje improvisatorio más maduro.

Posteriormente, tras un estudio sobre ritmos latinos,  pasamos a estudiar las ruedas armónicas II-V-I , tan frecuentes en muchas músicas y especialmente en multitud de temas con influencia Jazz.

En primer lugar tratamos las formas habituales de esta secuencia armónica, además de estudiar su forma cromática y trabajar sobre algunos ejemplos para reconocer su sonoridad.

Para una práctica más profunda de las secuencias II-V-I se propuso el tema Autumn Leaves de Jonny Mercer.

El estudio y práctica para abordarlo implicaba ya varias cuestiones, pues trataríamos el tema con las escalas de Blues y por otra parte también con el uso de los modos. Aprenderíamos al planteamiento de un análisis de un tema en el que fuéramos a improvisar sirviendo éste de ejemplo.

Por otro lado también se trabajó la práctica de los diferentes planteamientos de acompañamiento que se pueden llevar a cabo, un punto éste muy interesante, pues como es el caso, esto lo haremos desde la perspectiva de instrumentos tan distintos como un violonchelo, una guitarra o un fagot.

La valoración del trabajo hasta el momento es positiva y enriquecedora, los participantes están implicados tanto en las sesiones conjuntas como en el estudio individual y tratan de llevar al aula algunos de los elementos trabajados en las sesiones conjuntas. La aportación fundamental es el aprendizaje y práctica de un lenguaje improvisatorio alejado de nuestros patrones habituales que nos obliga al uso de elementos armónicos, escalas y ritmos poco experimentados en nuestra línea habitual de interpretación musical, por lo tanto, amplía nuestro lenguaje y nuestros recursos, los cuales son posteriormente transmitidos de forma directa al alumnado.