Si hablamos de nuestra experiencia  con este programa, entiendo que uno de los aspectos fundamentales es el tiempo. La cadencia con la que se realizan las actividades. Un exceso de estas suele terminar provocando cierto descontrol en el aula, y un defecto de las mismas hace que no lleguemos donde pretendíamos. Dicho de otra manera, hay que tener olfato, una cierta sensibilidad para hallar el punto justo de duración de las sesiones. Cuando se logra dar con el equilibrio, el resultado es espectacular. Los alumnos mejoran su atención, su concentración y yo diría que hasta su comportamiento. Cuando no, pues, bueno, estamos donde estábamos. Yo, lamento decirlo, aún estoy buscando ese punto justo, recorriendo ese filo de la navaja con cuidado para caminar sin caer ni a un lado ni a otro. Supongo que lo lograré. Que lo lograremos.