Titulo así mi entrada, porque sinceramente esta situación no deja de ser más que una experiencia en donde los maestros demostramos una vez más que somos capaces de adaptarnos sistemáticamente a cualquier tipo de crisis. No había duda de que el reto que se nos planetaba era complicado, sin embago, a lo largo de los días, se ha ido probando con diferentes formas de trabajo para facilitar el proceso de enseñanza aprendizaje entre el alumnado, pues la brecha digital con la que partíamos era bastante significativa. Por ello, desde mi especiaidad de pedagogía terapéutica, mi objetivo se ha basado siempre en encomendar actividades meramente funcionales, haciendo que la familia adquiera un papel fundamental del proceso enseñanza-aprendizaje. Antes de plantear las actividades para trabajar la competencia linguistica hago un análisis y determino la viabilidad de las mismas atendiendo a su complejidad, accesibilidad, secuenciación y extensión. La comunicación semanal con las mismas me ha ayudado a conseguir un feedback positivo, no obstante, esto no sucede en todos los casos y me veo en una situación delicada a la hora de hacer un seguimiento. Igualmente sigo animando a las familias y a los alumnos a reliazar tareas en las que la participación y colaboración conjunta son claves, actividades como un cartel para el día de la lectura, vídeos y audios relatando experiencias y aventuras durante la cuarentena, diarios o cápsulas del tiempo, noticias alocas, etc son actividades que ha tenido una respuesta mayoritaria, y en las que seguiré incidiendo.
¡Juntos a por el Tercer Trimestre!
Un abrazo