¿Metodologías activas en un Centro de Educación Permanente para personas adultas?

Varios podían ser los pensamientos que nos asaltasen en un primer momento: el alumnado de cierta edad va a ser reticente a los cambios, disponemos de pocas horas con cada grupo para poner en marcha cierto tipo de metodología, quizás esta metodología no se adapte a las necesidades de nuestro alumnado, etc.

Por supuesto, se trata de una etapa educativa con ciertas particularidades con respecto a la Educación Primaria y Secundaria obligatoria, pero si por algo se caracteriza es por ser la etapa de las segundas oportunidades, y también el alumnado de educación permanente merece la oportunidad de aprender a través de estas metodologías.

Personalmente estoy en contra de adoptar por sistema todo aquello que lleve por apellido la palabra "activo", "interactivo", "novedoso" y demás vocablos más propios del márquetin que de la educación. Considero que la mejor metodología es aquella que permite los mayores y mejores aprendizajes en el alumnado, siempre teniendo en cuenta las características de este y del entorno por el que queda condicionado.

Por tanto, más allá de que las metodologías sean activas, interactivas, novedosas, dinámicas, holísticas o proparoxítonas, por aquello que de que las palabras esdrújulas o proparoxítonas suenan mucho más rimbombantes y recargadas (esto no es nada novedoso por otra parte, si no que se lo pregunten a Rubén Darío), también el alumnado de educación permanente se puede beneficiar de algunas estrategias que hasta ahora no tenían cabida en la etapa.

¿Es posible que perdamos por el camino a algunos alumnos y alumnas muy reticentes y contrarios al cambio, sobre todo teniendo en cuenta la no obligatoriedad de la etapa? Es posible, y también es posible que ganemos o afiancemos a muchos otros que verán en estos cambios una mayor oportunidad de aprendizaje. En cualquier caso, tendremos que ser los docentes los encargados de explicar a nuestro alumnado el porqué de la inclusión de estas estrategias en el aula y convencerles de sus beneficios.

¿Es posible que con el escaso tiempo por semana y grupo del que se dispone y la gran cantidad de contenidos que adquirir, no sea viable la incorporación de este tipo de metodología en el aula? Es posible que con las horas de las que se dispone por grupo no haya tiempo para volverse loco o loca y convertir las clases en un espectáculo diario. Personalmente, ni es posible, ni deseable. Pero si es posible adoptar y adaptar algunas de las metodologías, estrategias y recursos vistos durante el curso en función de las características de nuestro alumnado y ofrecerles nuevas posibilidades en pro de su aprendizaje.

Por otra parte, si bien las tecnologías de la información y la comunicación no son la esencia de las metodologías activas, sí que suponen un recurso importantísimo para el desarrollo de las mismas. En el Centro ya se usaban como recurso (uso de proyectores, alumnado de TAE, tarea burocrática, etc.) y como objetivo y contenido de aprendizaje a través del Plan de Uso básico de las Tecnologías de Información y Comunicación; y si bien comenzaban a usarse como metodología gracias al revulsivo de esta formación en centro y a pesar de la conexión a Internet que hemos sufrido hasta la llegada de la fibra óptica, han sido estos atípicos últimos meses los que nos han obligado a desplegar lo aprendido y a seguir formándonos gracias a cursos, compañeros y compañeras y a la iniciativa propia que a su vez se ha visto arrastrada por la necesidad del momento. Por desgracia, por las circunstancias acaecidas, y por suerte, por la oportunidad brindada, para la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos no se ha tenido que recurrir a una situación simulada más o menor artificial, sino que ha sido la realidad la que nos ha permitido este despliegue de recursos. No es la mejor manera, no, pero es la que nos ha tocado vivir, o sobrevivir si se me permite, y creo que hemos salido bastante airosos de ella.

Aun teniendo en cuenta lo anterior, ha quedado patente que la brecha digital no era una situación que solo se daba entre el primer y el tercer mundo. Se ha constatado que en este primer mundo al que pertenecemos hay muchos submundos. Por una parte por la brecha digital socioeconómica, pero teniendo en cuenta las características del alumnado con el que nos relacionamos, también por la brecha digital generacional.

Algunas personas mayores han quedado confinadas triplemente. Por miedo, al ser el grupo de mayor riesgo; por imperativo legal, ante el estado de alarma sanitaria; y por falta de competencias digitales, incapacitados para asomarse a esa ventana virtual al mundo que es Internet. Esto es algo sobre lo que la sociedad debiera reflexionar, y quizás los Centros de Educación Permanente para personas adultas puedan adquirir parte del protagonismo para combatir dicha brecha digital generacional de una forma más intensa de la que ya lo hacían.

En definitiva, la formación en centro en metodologías activas ha supuesto una piedra más en la construcción de un mejor aprendizaje.

Si algo he aprendido de esta situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos es que la enseñanza es contacto, es mirada, es gesto, es emoción y es compañía. Siempre nos hemos preguntado si las tecnologías podían sustituir al profesorado, me imaginaba trabajando desde casa en un mundo futuro en el que la pantalla era el medio de transmisión de los aprendizajes. Ahora ya no tengo duda, no hay nada que sustituya la presencia del personal docente en este proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como docente, he vivido el estrés de estar pendiente del ordenador las 24 horas para atender las dudas de cada alumno/a, a la hora que sea y cualquier día de la semana, de las correcciones a distancia, de la creatividad para seguir ejerciendo como docente en un contexto absolutamente desconocido como es el de esta crisis; encontrando en mi alumnado las más diversas dificultades: de conexión, de falta de material o de conocimientos informáticos y de luchar contra una precariedad o dificultad económica que maniataba la ilusión por aprender o titular.

Como profesional de la educación considero, que esta situación límite me ha ayudado a mejorar, a dotar mi docencia de mayor riqueza y variedad de recursos que utilizaré en un futuro con o sin pandemia.

De los recursos que he utilizado y que han enriquecido mi docencia destacaría dos: Kahoot y Google Classroom.

Kahoot podría perfectamente ser usado simplemente como entretenimiento y así lo percibe el alumnado. Es sin embargo una herramienta de aprendizaje y repaso que permite al alumnado lo que siempre han soñado: aprender divirtiéndose. Combina la dinámica del juego con los beneficios del sistema de respuesta personal del alumnado. Esta combinación dispara la motivación del discente, que se involucra activamente en su proceso de aprendizaje. De esta manera, hasta los estudiantes más tímidos y callados que han venido trabajando bien pero que pasaban desapercibidos se hacen presentes en la clase al alcanzar puestos destacados en el marcador. Despierta el interés previamente y lo mantiene durante todo el desarrollo, no solo por la victoria final sino también por la propia práctica lúdica. Utilizo Kahoot como complemento al final de las clases presenciales y en las clases a distancia para revisar o repasar lo aprendido. El resultado de participación es muy bueno, dado carácter lúdico y competitivo.

En un principio veía Google Clasroom como una plataforma con más desventajas que inconvenientes, sobre todo por el tema de la privacidad de nuestros datos, pero he de reconocer que ha sido una herramienta imprescindible en esta situación anómala y difícil en la que nos hemos encontrado. Compartir documentos con una persona es muy fácil pero, compartir documentos con 30 o más tenía más dificultades. Classroom me ha servido para compartir documentos, materiales y tareas con todo mi alumnado, que posteriormente me han podido enviar hechas y yo devolver corregidas. Esta plataforma me ha dado la posibilidad de seguir en contacto con el alumnado, poder corregir y asesorar en las dificultades que se han ido encontrando y ya por eso ha merecido la pena su uso, por el contrario hay muchas alumnos/as que han encontrado muchas dificultades anteriormente descritas que ha hecho que el seguimiento de la clase no sea todo lo satisfactorio que hubiese querido.

En conclusión, considero que la participación en este grupo de trabajo me ha aportado mayor variedad de recursos y de posibilidades que amenizarán y enriquecerán mis clases, aunque no podré abusar de estas metodologías activas, ya que una buena parte de nuestro alumnado de Educación Permanente no está del todo preparado para llevarlas a cabo.

Cuando empezamos este curso 2019 -2020, nos iniciábamos en una nueva aventura por la educación permanente. Y es que esta formación en centro ha sido una acertada y arriesgada oportunidad para el nivel educativo en el que nos encontramos, con su diversidad de alumnado. Personalmente me pareció una gran oportunidad de darle a la educación de adultos un auge en cuanto a herramientas, recursos y aplicaciones tan útiles tanto para maestros como alumnado. Que el alumnado pudiera ver en estas metodologías activas no un impedimento sino una oportunidad de cambio y actualización.

En la tutoría de apoyo al estudio (TAE) de la cual soy tutora, desde el inicio de curso nos disponemos a trabajar con nuevos canales de comunicación. La plataforma moodle, se abría cada día con la intención de que los alumnos vieran en ella un apoyo y otra forma más de comunicarnos, sin sentir temor por la utilización de nuevas tecnologías que para muchos eran algo desconocido. A día de hoy podemos decir que todos los alumnos trabajan a diario con esta plataforma y son capaces de comunicarse con sus tutores. Una maduración a nivel tecnológico que les servirá de ahora en adelante en sus vidas.

Con la formación de metodologías activas, hemos aprendido a utilizar muchas otras herramientas, que nos permite avanzar como profesionales hacia una educación más actual y contextualizada. Muchas son las aplicaciones trabajadas como kahoo o google classroom. Una oportunidad bien aprovechada que hemos tenido que poner en práctica debido a la situación de confinamiento y Estado de Alarma en el que vivimos. Durante este final de curso, seguimos trabajando, yo personalmente a través de mi plataforma moodle y utilizando otras vías de contacto como wassap y correo electrónico, también me he iniciado en la grabación de videos explicativos para que los alumnos puedan acceder a ellos en el momento que puedan y así adaptarnos también a las necesidades de cada persona. Sin olvidarnos de las videollamadas que nos permiten seguir ahí, en contacto casi directo con nuestro alumnado.
Por lo que considero muy positiva esta formación en centro, tanto por la comodidad de recibirla en el mismo centro como por las habilidades que nos permite obtener para avanzar como maestros en la educación y por qué no en la educación permanente.

Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, la formación de metodologías activas en educación permanente ha venido genial debido a la situación que estamos pasando. No sólo nos ha permitido conocer diferentes herramientas sino que también hemos podido llevarlas a la práctica de manera eficaz. Gracias al conocimiento de estas herramientas hemos podido acercar nuestra formación al alumnado y hacerlos participes de la utilidad que tienen las diferentes aplicaciones utilizadas. Por lo tanto, puedo decir, sin lugar a dudas, que las nuevas tecnologías es una manera distinta pero a la vez motivadora y eficaz de acercar al alumnado al proceso de enseñanza-aprendizaje, además de a la utilización de las mismas. Aunque no debemos olvidar, que deben ser interpretadas y entendidas como un medio, no como un fin en si mismo, ya que la educación va mucho más allá de la adquisición de una serie de contenidos.

La formación en centro no podía haber sido más acertada dada la situación que estamos viviendo. Hemos aprendido a utilizar herramientas, que no sólo nos han permitido hacer del aprendizaje en clase algo más dinámico y atractivo para el alumnado, sino que ha sido vital a la hora de teletrabajar. Herramientas como kahoo o google classroom me han sido de gran utilidad.

Cuando decidimos llevar a cabo este curso de metodologías activas en nuestro centro, nada nos hacía presagiar lo útil que nos iba a resultar, no sólo a largo plazo, si no en un tiempo futuro muy inmediato. A simple vista, se podía percibir como una enseñanza un poco arriesgada para el tipo de enseñanza que impartimos y las características de nuestro alumnado , pero nada más lejos de la realidad, ya que ha resultado ser una vía de aprendizaje no solo innovadora, sino atrayente y motivadora para los alumnos de nuestras aulas.
Esto lo han podido comprobar de forma prácticamente obligatoria durante este periodo de estado de alarma, en el que este modelo de enseñanza ha sido el único canal válido para poder llevar a cabo el curso escolar. A pesar de que, en principio, la actitud general fue un poco de reticencia, he de decir que, a título personal, en mis clases, la mayoría de mis alumnos han tenido contacto con algún tipo de plataforma online.
Con respecto a aspectos a mejorar, creo que habríamos necesitados más sesiones o más tiempo para poder indagar más en todos las metodologías activas que hemos conocido, ya que son recursos muy interesantes y completos que nos proporcionan muchas opciones de trabajo por lo que hay que tomarse su tiempo para poder conocerlas todas.
Este tipo de enseñanza son un complemento atractivo y útil para nuestro modelo de educación, pero en ningún caso debe ser un sustituto de la educación tradicional y nuestra enseñanza típica de toda la vida, donde toda la vida, donde profesor y alumno establecen una relación y conexión personal, ya que la enseñanza perdería este tipo de relación y en consecuencia, se ajustaría menos a las necesidades de cada uno.
Creo que hemos comprobado que las metodologías activas son un medio posible de uso en nuestro ámbito de educación permanente, de la misma forma que nuestros alumnos han conocido y comprobado los distintos aspectos de trabajar mediante ellas, con lo cual se han convertido en un granito más que añadir a nuestra construcción y lucha por un aprendizaje mejor y más rico.

La actualización del profesorado es una necesidad en un mundo de constantes cambios, por ello es uno de los objetivos de nuestro Plan de Centro y una de las Propuestas de Mejora.
La formación en centro de Metodologías activas en la Educación Permanente me llamó mucho la atención. Trabajar con personas adultas lo hace un tanto peculiar: experiencias con nuevas metodologías, recursos materiales, aceptación del alumnado, competencial digital, ¿
Al principio pensaba que me llevaría mucho tiempo el dominio de estas herramientas que hemos aprendido a lo largo de esta formación, pero con un poco de práctica se manejan fácilmente. Ha resultado ser muy motivante para el alumnado, sobre todo herramientas como Kahoot! (para aprender y repasar conceptos a modo de concurso).
La situación de confinamiento debido al COVID19 ha hecho que tengamos que llevar a cabo la educación a distancia. Tras esta formación en centro hemos sabido qué y cómo actuar de forma rápida y eficaz. Personalmente, la herramienta que más estoy utilizando es Classroom. Y otras que, aunque no la hemos visto directamente en la formación sí se le parecen y me ha hecho perder ese ¿miedo¿ a usar herramientas tecnológicas para la comunicación y enseñanza con el alumnado, como son WhatsApp y Jitsi Meet.
Sin duda, ha sido una formación muy útil y positiva, aunque hemos comprobado que los medios tecnológicos son solo eso, medios, pues la presencia docente es insustituible. Seguiremos trabajando para mejorar.