Me gustaría hacer una reflexión sobre lo que supone improvisar en el plano profesional. Tras tantos años acostumbrados a tener unos usos, unas reglas para trabajar, improvisar se me ha antojado una manera de alcanza mayor libertad para alcanzar objetivos. Estas reglas, estos usos, son una guía, en principio, para dotar a nuestro alumnado de autonomía para que pueda desarrollar su actividad. Para poder desarrollar esta autonomía necesitamos de tesón, disciplina y constancia, pero estos principios vuelven a una gran mayoría de profesionales rígidos en sus planteamientos y en muchas ocasiones observamos esta rigidez en nosotros mismos cuando realizamos nuestras labores profesionales a nivel individual, o en clase. La improvisación supone la oportunidad de poner en funcionamiento todos aquellos rudimentos que hemos adquirido a lo largo de años, aplicándolos con libertad de una manera creativa y artística y doblegando la rigidez que en numerosas ocasiones nos envuelve.