A lo largo del presente curso, a pesar de la interrupción de clases presenciales por las circunstancias sanitarias que aun perduran y centrándonos en la coordinación y aplicación del grupo de trabajo que nos ha ocupado, destacaría el hecho de que en la medida de lo posible, hemos conseguido adaptar la tarea de la estimulación de la comunicación y el lenguaje a cada grupo de educación infantil de nuestro centro educativo, priorizando las necesidades concretas y definidas tras la evaluación inicial. Ello da lugar a una exhaustiva revisión a comienzos del próximo curso, donde se hará patente la validez del trabajo realizado y las nuevas necesidades que se detecten.
Por otra parte, a mi entender, también ha supuesto un aprendizaje de la dinámica de planificación, desarrollo y evaluación de las situaciones particulares de cada docente y del trabajo conjunto para dar respuesta a las mismas, concluyendo como positiva la experiencia y considerando que, siendo todo mejorable, se establece otro punto de partida en el establecimiento de dicha dinámica y la evolución de la misma.
Es justo reconocer la prematura interrupción de dicho grupo de trabajo por razones obvias, sin que ello impida concluir con lo anteriormente comentado, agradeciendo a las compañeras su implicación en estas labores.