Tras la fantástica exposición de María en el segundo trimestre, en la que explicó diversas técnicas de aprendizaje cooperativo, me siento mucho más segura y capacitada para seguir dando pasos en esta fascinante metodología. Yo siempre he utilizado los grupos base para organizar grupos para trabajos y exposiciones orales desde el inicio de mi actividad docente, también este curso con todo mi alumnado. Las principales dificultades con las que me encontraba eran el ruido que se generaba en clases numerosas, que el alumnado no cooperaba realmente, sino que se repartía el trabajo, y sobre todo que en muchos casos había algún estudiante del grupo que no trabajaba en absoluto y se beneficiaba del esfuerzo de sus compañeros y compañeras, que se echaban todo el trabajo a las espaldas para sacarlo adelante y no verse perjudicados. En el segundo trimestre puse en práctica la técnica del folio giratorrio oralmente con mi grupo de 4º ESO y el resultado fue satisfactorio, pero me habría gustado tener más tiempo para poner en práctica otras de las técnicas aprendidas que me llamaron mucho la atención. Me encantaría utilizar la técnica 1-2-4 para poner en común lo aprendido y resolver actividades, 3-2-1 para sintetizar lo aprendido o detectar ideas previas, explicación compartida y reunión de expertos para hacer las explicaciones gramaticales más motivadoras para el alumnado, y el juego de las palabras para detectar ideas previas o sintetizar lo aprendido.
La principal ventaja que tiene el trabajo cooperativo en mi opinión es la mayor motivación de todo el alumnado, en especial de aquel que con otras metodologías desconecta y se queda más descolgado, mientras que con esta es capaz de comprobar fácilmente que sus aportaciones no solo son útiles, sino necesarias para el progreso de todo su grupo. Esto se traduce también en una mayor atención a la diversidad, ya que es fácil encontrar distintas actividades que se adapten a cada perfil de alumnado y juntas den lugar a un proyecto en común.
La principal dificultad que veo para implantar el aprendizaje cooperativo en el aula es el ruido que se genera en grupos numerosos, como mi 1º ESO, en especial para alguien que precisamente necesita el silencio para saber lo que ocurre en el aula.
A nivel de centro, la principal dificultad es que hace falta la implicación de gran parte del claustro en un proyecto de estas características, ya que es complicado colocar al alumnado por grupos en unas clases sí y otras no y con tantos cambios se pierde tiempo y el alumnado se distrae más. Si todo el centro se implicara en cierta medida el alumnado también estaría más acostumbrado a este sistema y sería más fácil alcanzar los resultados deseados.
En conclusión, considero que mi materia (inglés) es muy propicia para trabajar de manera cooperativa. No lo pondría en práctica siempre, pero sí con cierta asiduidad. Es una metodología en la que creo sinceramente y opino que puede arrojar grandes resultados si se van dando pasos en la dirección adecuada.