Teniendo en cuenta que los objetivos de este proyecto son, entre otros, mejorar en el profesorado el conocimiento de la realidad  y la escuela multicultural, diluir la imagen del alumno inmigrante como fuente de conflictos y como entorpecimiento de la marcha de la clase, conocer TODAS las culturas presentes en el centro para ser capaces de trasladar una realidad sana e integradora, establecer relaciones de amistad y cooperación entre el alumnado o abrir cauces para la presencia de las familias de distintas culturas, podríamos llegar a entender que los objetivos han sido alcanzados.

Los logros más significativos en el centro tienen lugar en el día a día. Es muy gratificante encontrar a alumnos que han participado en este proyecto en cursos anteriores que te paran por los pasillos a preguntarte cuándo vamos a hacer una comida, otros que te piden consejo sobre algún libro, o te piden ayuda en la biblioteca. Es destacable el éxito en el centro cuando los alumnos quieren participar en la radio, en el teatro o se han apuntado al club de lectura del centro o escriben sus poemas en diferentes idiomas.

Las actividades propuestas en mi aula por mí han tenido relación con el conocimiento, comprensión y aceptación de nuevas literaturas y otros cauces culturales (como el cine, el arte, etc.), que no son más que el fiel reflejo de las diferentes identidades que nos rodean. Estos ejercicios han sido enfocados desde un enfoque práctico, lúdico e imaginativo que mejoran el aprendizaje y el respeto a las diversidades; en ellos el alumnado ha participado activamente (grupos heterogéneos, principalmente, con el fin de fomentar la colaboración, el espíritu de equipo y la importancia de compartir ideas). 

Los productos, materiales y evidencias de aprendizaje  que se han generado han sido expuestos en los pasillos de los dos edificios del centro. La mayoría de ellos, si no todos, están colgados en la sección blog de esta plataforma.

Ni que decir tiene que siguen existiendo dificultades. Parece que todo fuera color de rosa, como se dice de manera coloquial, pero no; hemos de seguir trabajando en el respeto a la diversidad cultural y bajo el paraguas de la tolerancia, la cual siempre parte desde el conocimiento. Sigue habiendo grupúsculos en los recreos, sigue habiendo reticencia entre ciertos grupos, es decir, sigue habiendo un desconocimiento del otro que desemboca en miedo y, a veces, en desencuentro desagradables.

Y, por supuesto, este curso la gran dificultad encontrada ha sido continuar trabajando la diversidad cultural desde casa. Lógicamente, no se consigue llegar al mismo número de alumnos, pero ahí estamos, en el fragor de la batalla virtual, intentándolo por medio de documentales, cortos, películas, etc.

La Jornada de Entreculturas tendría que haber sido el colofón del curso. Debería haber sido todo un éxito de participación entre el alumnado y el profesorado, haber comido, bailado y cantado en diferentes idiomas, y muchas otras actividades de las que hemos disfrutado toda la comunidad educativa, junto a las familias.

Ni que decir tiene que este proyecto se hace necesario e indispensable para los próximos cursos puesto que la convivencia entre culturas es fundamental, por lo que espero que el curso próximo sí se pueda celebrar. Así que no podemos dejar pasar las oportunidades de mejora que esta jornada y este proyecto ofrecen a nuestra comunidad educativa.

No debemos dejarlo de lado pensando que todo está arreglado. Ojalá así fuera. Sólo nos queda ser conscientes de que este proyecto es una carrera de fondo, de largo recorrido que no abandonaremos desde nuestro centro.