La interculturalidad y la asignatura de Religión Católica van de la mano: para entenderla, como sucede con el estudio de cualquier otra religión o culto, resulta imprescindible conocer sus orígenes, así como las formas en que el ser humano ha desarrollado su faceta espiritual a lo largo de la historia. Es por ello que, desde mi asignatura, se plantean  como objetivos el conocimiento de las religiones monoteístas y politeístas, costumbres asociadas a ellas y los fundamentos del diálogo interreligioso como base para la convivencia, entre otros.

Creo que el logro más destacado del trabajo en clase ha sido despertar en el alumnado la curiosidad por otras culturas, por sus costumbres y credos. En clase dialogábamos mucho sobre todos estos aspectos y se han eliminado muchos estereotipos y prejuicios, lo cual sin duda supone una mejora en la convivencia entre personas de orígenes y posturas distintas.

Todo ello lo conseguimos, además del trabajo de clase, con la inclusión de tres actividades:

1. Hacer " el Belén del Instituto", con el alumnado de mi asignatura, además de la participación de distintos departamentos y alumnos/as de diferentes clases y religiones. De esta manera conseguimos que personas que no estaban familiarizadas dicha costumbre, así como la historia de Jesús pudieran conocerla mientras trabajábamos en ello.

2. Cruz de Lampedusa. En esta actividad solo pudieron participar alumnos/as de mi asignatura. Consistía en una visita a la iglesia del pueblo, donde se encontraba la Cruz. Fue una actividad muy interesante, ya que no solo tratábamos el aspecto religioso, sino también el drama por el que pasan muchas personas al tener que dejar sus casas y países de origen. También hablamos de los estereotipos y prejuicios a los que tienen que enfrentarse cuando llegan a un sitio nuevo.

3. Trabajo con el documento "Fraternidad Humana". Supone un ejercicio de entendimiento y diálogo entre personas de diferentes credos (en este caso, entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar) con el fin de conseguir una mejor convivencia y reconciliación entre personas, independientemente de sus creencias. 

Los resultados fueron palpables en clase, al ver el gran interés que tenían los alumnos/as por conocer más de otras culturas y el cambio en la actitud de muchos de ellos. Estaban más abiertos al diálogo y dispuestos a escuchar a quienes opinaban distinto a ellos/as.

Sin embargo, el hecho de no poder tratar con los alumnos presencialmente, y no poder seguir tratando estos temas en forma de debate, supone la principal dificultad a la hora de ver la evolución del alumnado.

Mi propuesta de mejora sería incluir actividades adicionales como comentarios de texto o montar un foro en el cual los alumnos/as pudieran seguir debatiendo estos temas de manera moderada, en caso de no poder hacerlo presencialmente.