(Adjunto IMÁGENES en Recursos>Imágenes y Vídeos)
Con el Curso de Cocinas Solares no sólo hemos aprendido cómo con unos cartones reciclados y papel de alumninio podemos llegar a hervir agua e incluso hacernos una pasta o un té de manera sencilla y manejable, sino que destapamos la curiosidad a mejores y futuros proyectos que aprovechen la energía solar de manera realmente práctica y, sobre todo, nos enseña y enseña a nuestros hijos y alumnos una nueva visión hacia el entorno y el planeta en el que se pueda caminar hacia un futuro apoyado en el respeto, la economía y la ecología.
Mi primera práctica consiste en usar un parasol de coche como reflector solar, adaptado a la curva parabólica que, por carecer de panel he realizado con una barra metálica doblada, lo que me permite girar sobre su eje con facilidad en función de la altura del sol. El éxito es relativo debido a la rugosidad del papel, pero sería muy mejorable con una superficie plana y papel espejo.
En el segundo utilizo como parábola un viejo paraguas de fotografía (forrado en su interior con reflectante) que permite una cómoda adaptación al ángulo solar. El bote de agua, pintado de negro, cuelga del propio trípode de la cámara de fotos y hace hervir el agua sin problemas. El inconveniente a mejorar estaría en el diámetro (el paraguas es pequeño) y en la cuestión de que el foco está justo en la pieza de engarce de las varillas y dificulta la situación del recipiente, lo que se solucionaría adaptando y mutilando un paraguas para dedicarlo a tal efecto.
Cursos como estos, que pareces no aprender nada, son los que realmente nos conectan con nuevos puntos de vista globales y necesarios, muy a menudo denostados o menospreciados.