Marcos, María, Eva y Tere, realizan una visita al Archivo Histórico de Huelva previa citación con Luis Carlos, director de dicha institución.
En primer lugar, se ponen de manifiesto las limitaciones de infraestructura actual, que imposibilitan que esta importante institución pueda llevar a cabo su labor: están en un local provisional, a la espera de la sede definitiva. Esto les impide llevar a cabo mayor número de actuaciones de divulgación y de custodia de fondos.
La reunión se realiza en el pequeño despacho del director, cuyo espacio está abarrotado -incluso se aprecia, sobre un estante amontonado, un tablero de reproducción con equipo de iluminación y cámara-.
La mesa de reuniones sirve para mostrar los artilugios que los docentes habían pedido conocer -se había contactado telefónicamente y dado pistas sobre los intereses del grupo-, ya que no poseen una estancia más adecuada para realizar la reunión.
Durante la visita, se les muestran los "fondos fotográficos" más significativos que posee el Archivo, tanto en equipamiento como en materiales históricos de finales del siglo XIX o principios del XX: negativos en celulosa, positivos a la albúmina, película en 8 mm, placas de cristal de imágenes estereoscópicas, postales estereoscópicas (positivas), dos visores estereoscópicos así como una cámara para toma de imágenes, en perfecto estado de funcionamiento (incluso cargada con material sensible, ya estropeado).
Se comenta el orígen de cada elemento, y cómo se ha conseguido su custodia (hay cosas compradas y otras donadas), así como las dificultades con la que se encuentran a veces para que algunos ciudadanos les confíen la custodia o bien cedan la propiedad de sus fotografías, muchas de ellas, recuerdos y patrimonio familiar. Aún así, se han conseguido imágenes antiguas de poblaciones o incluso de la capital onubense, en las que se puede apreciar lugares (plazas, calles y edificios como la Casa Colón o el Conquero) y tradiciones, algunas de ellas muy arraigadas (romerías como el Rocío, las procesiones de Semana Santa etc).
Algunas de las obras y cámaras que descansan sobre la mesa del despacho, ya han sido expuestas en una gran muestra de imágenes estereoscópicas que se hizo hace varios años en el Museo Provincial de Huelva, que es la institución con la que hasta ahora han tenido que colaborar para divulgar su labor, ya que carecen de expacio propio expositivo.
Se habla de la posibilidad y dificultades de hacer visitas con el alumnado, tanto por horario, como por el espacio y lo delicado de las piezas que se custodian. Por lo tanto, el posible convenio escuela-Archivo, queda postpuesto a la espera de mejores circunstancias.
Además, se comentan las anteriores colaboraciones que la Escuela de Arte León Ortega ha tenido enviando alumnos en prácticas durante varios cursos académicos. Se ocuparon en su momento de digitalizar los contenidos fotográficos de colecciones de placas estereoscópicas . En relación con este tema, existe un libro editado con ese contenido, con cuyo ejemplar tienen el detalle de obsequiar a cada miembro del grupo. También se digitalizaron (y recrearon digitalmente cuando fue necesario) durante la formación en centro de trabajo de un alumno de nuestro ciclo, unas de placas de cristal, que podráin ser de Colodión húmedo o bien de Bromuro de plata (no podemos constatarlo porque ya no están físicamente en poder de la institución y ello nos ha impedido examinarlas).
De la misma forma, en la última colaboración con un alumno en prácticas, se estuvieron examinando los fotogramas de unas películas de 8 mm cuyo donante había manifestado que contenían el vuelo del Plus Ultra. Al carecer de proyector para ese formato, explica ahora el director que finalmente mandaron digitalizar -a una empresa privada- el contenido para comprobar la veracidad de esas informaciones (no existen apenas imágenes de ese vuelo). No eran ciertas las afirmaciones, pero se extrajeron numerosos contenidos de caracter familiar -y algunos más interesantes desde el punto de vista antropológico- que están esperando a divulgar, en cuanto la sede nueva sea una realidad.
Agradecidos, se despiden con su libro en las manos, encantados de la acogida recibida por la institución.
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