Siempre he utilizado Séneca como cuaderno del profesor. Me pareció que es una herramienta práctica y oficial para albergar las calificaciones de los alumnos. En los cursos que se promovieron en el Instituto, aprendí cómo el sistema proporcionado por la Junta evoluciona y puede ser útil para calificar conforme a los criterios. También creo que la relación de aquel que enseña este método de calificación puede verse enriquecido de las demandas que los profesores, que al fin y al cabo son los usuarios y conocen las limitaciones de la aplicación. Sería un magnífico puente entre el usuario y aquellos que diseñan esta aplicación. Por otra parte, soy crítico con el sistema de evaluación por criterios. No entiendo en qué modo puede mejorar la educación de mis alumnos. ¿Por justicia con su nota de evalución? ¿Por ajustarse a los contenidos que recoje la ley? En cuanto a la primera cuestión, pienso que ya lo era. El alumno tiene derecho a ser evaluado de una forma justa, y yo como funcionario a hacer cumplir la ley y salvaguardar sus derechos. En cuanto a la segunda: Pienso que si un profesor, legalmente es una autoridad del conocimiento, que ha pasado infinidad de pruebas para desarrollar su actividad, ¿no serían los criterios una delimitación de su libertad académica y de su creatividad como docente? Aparte, claro está, de un menosprecio a sus conocimientos.