Después de esta cuarta sesión me ha llamado la atención cómo nuestro carácter y nuestras propias vivencias son capaces de influir en el estado de ánimo de nuestro alumnado día tras día.
En multitud de ocaasiones nos preguntamos por qúe en nuestra aula se respira un determinado ambiente u otro, pero pienso que si volvemos la ista atrás, nos daremos cuenta que a lo largo de nuestra trayectoria profesional han existido circunstancias que se han repetido curso tras curso, lo que demuestra que nuestros comportamientos y actitudes generan unas características determinadas en nuestro grupo de alumnos. Esto nos tiene que servir para continuar con todas esas dinámicas que generan cosas positivas, pero también es necesario un ejercicio de introspección personal que nos ayude a comprender qué hay en mi carácter que está haciendo que las cosas enm mi aula no estén funcionando como se quisiera.
Esa reflexión personal nos ayudará a encontrar así mismo otros modelos ejercidos por otros compañeros de los que nos podremos nutrir para nuestra mejora como docentes.