En esta sesión, resalto lo que nuestra ponente nos decía y hacia hincapié: buscar el equilibrio entre la firmeza y la amabilidad, pero sobre todo, reflexionar sobre ¿el efecto que mí carácter tiene en el aula¿.
Para ello, mi actitud deviene esencial y atender aspectos como el lenguaje corporal, fomentando y empatizando, transmitiendo firmeza, pero al mismo tiempo amable y cercana, transmitiendo seguridad y respeto.
Transmitiendo que el error es natural, consustancial al progreso, necesario para avanzar tanto en la escuela como en la vida.
Para ello, la escucha activa se erige como uno de los mejores recursos, para que se sientan seguros, aceptados y valorados.
Por ello es fundamental trabajar la responsabilidad, aceptando que cada uno de nosotros tenemos nuestras responsabilidades, que no culpa.
Y estando presente en todo momento de su proceso, además procurando y fomentando el autocuidado, el autocontrol, conociendo todo aquello que nos estresa para así poder entender mejor a nuestro cerebro. Trabajando la conexión valorando y validando las emociones de cada uno/a.