Esta sesión ha sido diferente pero igualmente enriquecedora en mi proceso de aprendizaje como docente. De esta última sesión quisiera destacar varios aspectos. 

En primer lugar la gran diferencia que existe entre elogiar y animar. Tras el "experimiento" que hizo la poniente Lucía, pude observar en mí mísma la sensación que porduce en los demás el elogiar y el animar. En mí, elogiar me producía paz y animar, incertidumbre. Eso ha hecho en mí reflexionar sobre acciones diarias que hago con el objetivo de complacer al otro sujeto y como el error en mí me provoca un estado de cierta ansiedad. Esto mismo es lo que tenemos que llevar a la práctica con nuestro alumnado. Es decir, animar para que tenga la opción de equivocarse y seguir. Al llevar esta experiencia a mi terreno personal, me ha hecho comprender muchos aspectos que sin darme cuenta lo uso con el alumnado. 

En segundo lugar, se ha estado hablando de las metas erróneas. El comportamiento del alumnado siempre tiene un por qué detras, puesto que aun no saben expresar los sentimientos de la manera más adecuada y lo suelen hacer mediante acciones que normalmente no son correctas provocando malos comportamientos. Para ello, nos han proporcionado una tabla de las metas erróneas que nos ayudan a como actuar en una situacion de "mal comportamiento" para que disminuyan estos tipos de episodios. 

El curso ha sido muy gratificante y deseando estoy de hacer una segunda parte de disciplina positiva. Con esfuerzo y ganas, se puede conseguir ese clima que todo maestro y alumno/a desea en clase.