Grupos de trabajo

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Intentaremos, por un lado, ahondar en la reflexión de nuestra práctica docente, dentro del enfoque de Disciplina Positiva, formándonos un año más y compartiendo nuestras prácticas en el aula; por otro lado, trataremos de aportar a nuestro centro nuevas formas de entender el Aula de Convivencia y cómo relacionarnos con la heterogeneidad de alumnado que tenemos para conseguir una mejor convivencia positiva.

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Seguimiento del Grupo de Trabajo

El objetivo de esta entrada es que es cada una y uno de nosotros escriba cómo le (y nos) está yendo en el Grupo de Trabajo sobre Disciplina Positiva; e intentemos concretar aspectos clave sobre qué hemos aprendido, qué cosas nos hemos dado cuenta que hacemos o podríamos hacer y qué nos gustaría afianzar o desarrollar.
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María Dolores Porras Artacho
En mi caso, el grupo de trabajo me está sirviendo para conocer en que consiste la disciplina positiva. Gracias a mis compañeros y a las sesiones con Lucía, he aprendido herramientas / estrategias que funcionan a la hora de llevar la disciplina positiva al aula. Lo que más valoro de lo que he aprendido es que en la práctica docente es más importante el "para qué" que el "cómo".
Respecto a las cosas que me he dado cuenta que puedo hacer, haría referencia a no dar tanta importancia a cumplir la programación de aula. Aunque tenga programada una determinada sesión, si detecto que el estado del alumnado (nervioso, distraído...) no es el más adecuado para desarrollarla según lo previsto, lo mejor es replantearla adaptándola al estado emocional del alumnado. Asimismo, he llegado a convencerme de las ventajas de dedicar unos minutos a reflexionar en el aula o a que el alumnado tenga conciencia de sus emociones. Por último, me gustaría desarrollar/afianzar algunas de las dinámicas y estrategias que Lucía nos ha propuesto.
Publicado el día 9/03/20 11:27.
María José Forte Jiménez
En relación a qué hemos aprendido creo que merece la pena destacar el tener una mayor conciencia emocional (el autoconocimiento de uno mismo y del alumnado) para lograr un mejor clima de convivencia en el aula y que, para ello, también hay que enseñarles a verbalizar de forma honesta y sincera las emociones; es significativo además el hecho de haber aprendido que es más fácil y útil enseñar al alumnado a corregir sus conductas usando pocas palabras en lugar de largos discursos.

Me he dado cuenta de que, sin ser consciente de ello, he llevado a cabo estrategias de Disciplina positiva en el aula como la empatía con el alumnado a través de, por ejemplo, el sentido del humor o el mostrar interés por su mundo. Por otro lado, procuro mantenerme en la línea de "Amable y firme", aunque no siempre lo consigo porque no es fácil, procuro establecer límites respetuosos y usar, tal y como Lucía nos propuso, las preguntas en lugar de las órdenes para hacer reflexionar a los alumnos-as sobre su propia actitud o comportamiento en clase.

En relación a qué me gustaría afianzar o desarrollar, destacaría el cómo poder llevar a cabo de una manera efectiva la estrategia del "enfoque en soluciones" involucrando al alumnado en ello; me parece interesante que el alumno-a pueda formar parte de la decisión sobre qué soluciones podemos establecer a las distintas circunstancias o conflictos que puedan surgir en el aula. También me gustaría hacer más hicapié en aprender a aplicar estrategias que nos ayuden a que el alumnado que no colabora en clase, en el sentido que sea, pueda cambiar su comportamiento y que aprendan a respetar las diferencias de opinión entre los compañeros-as de clase.
Publicado el día 12/03/20 18:35.
Martín de Porres Fernández Amador
Hemos conseguido un primer objetivo en el grupo de trabajo que ha sido la realización de material propio (cuestionario, plantilla, presentación y rúbrica), que ha surgido de las conversaciones y reuniones que hemos mantenido. Un material que nos ha permitido profundizar y llegar a un nivel de concreción muy importante.

En ese material hemos sintetizado todo aquello que hemos aprendido y leído hasta ahora y, por otro lado, hemos sistematizado nuestro trabajo, de tal forma que nos servirá para la fase de implementación (experiencia personal) que realizaremos en los próximos meses, y así poder recoger posteriormente por escrito los resultados que hayamos obtenido.

Además de ahondar en lo que significa ser un profesor o una profesora "amable y firme", personalmente destacaría en estos dos últimos meses cómo hemos analizado todo lo referente al concepto "responsabilidad", tanto viendo distintas estrategias como elaborando pasos concretos para trabajarla en el aula.

Destacaría, a su vez, el análisis que hemos hecho de las distintas estrategias. He comprobado cómo hasta este momento había usado algunas de ellas como: el sentido del humor, la conciencia emocional, mostrar curiosidad o, en algunas ocasiones, el diálogo con el alumnado, pero no de forma sistemática o con una finalidad clara.

Pero, quizá, quiero destacar otras que me gustaría conocer mejor y aplicar como, por ejemplo: usar pocas palabras, supervisar cuando las cosas van bien, pero, especialmente, el enfoque en soluciones, puesto que creo que es necesario alcanzar mayores cotas de autoevaluación, participación y conciencia por parte del alumnado, para así alcanzar una mayor responsabilidad en su trabajo y en la convivencia en el centro.

Este año está siendo un poco más especial por el alumnado que no colabora y que no está entrenado en seguir nuestras indicaciones en clase o que no saben simplemente convivir o comportarse; por esto y por otros motivos sí es necesario y espero nos ayude personalmente este grupo de trabajo.

Estos días trataré de terminar el libro de Andreu Navarra.
Publicado el día 13/03/20 15:00.
María Julia Lanzas Ramírez
Sinceramente, no tenía conocimiento del concepto de ¿disciplina positiva¿ hasta la participación en el grupo de trabajo. A lo largo de las sesiones que hemos mantenido he aprendido, entre otras cosas, qué es la disciplina positiva, visto estrategias que podemos usar en el aula y cómo la conciencia emocional es fundamental, tanto la del alumnado como la propia.
Es primordial que, desde un principio, se cree una buena cohesión y sentido de pertenencia al grupo. Sentar la bases en este sentido es el germen para crear un buen clima de confianza en clase y por tanto, la reducción de conflictos, o lo que es más importante, saber gestionarlos adecuadamente con la participación del alumnado y del profesorado.
Me ha hecho reflexionar en cómo las emociones juegan un gran papel en cualquier proceso educativo, algo que quizá lo tenía subvalorado o simplemente no lo tenía en cuenta tan a menudo. Tener conciencia emocional y ser empáticos: saber cómo nos encontramos, cómo se encuentra el alumno y dar pie a expresarnos contribuye a un sano y buen funcionamiento de grupo. En este sentido también considero importante ser consciente de que tenemos influencia en nuestro alumnado tanto para bien como para mal y se trata de no dañarlo aún más.
En cuanto a las estrategias que se han compilado durante las sesiones, me he dado cuenta que algunas de ellas ya las utilizo. Sin embargo, he descubierto otras tantas que sería interesante integrarlas dentro del aula: mostrar curiosidad por ciertas actitudes del alumnado, ahondar en el concepto ¿amable y firme¿, saber parar y dar tiempo para hablar y expresarnos son tácticas que ya estoy poniendo en marcha dentro del aula, aunque he de decir, que en algunos momentos es complicado.
Por otro lado, me gustaría destacar que a veces vamos con la idea de que tenemos que dar nuestra clase y cumplir con lo que tenemos programado y cuando esto no se puede hacer, nace un sentimiento de frustración. Mi participación en el grupo de trabajo me ha hecho ver que cuando esto no se puede hacer, quizá es más beneficioso parar, observar y tratar de entender en qué momento está el grupo para poder actuar, y si las cosas no salen como esperábamos no pasa nada.
En definitiva, puedo decir que este grupo de trabajo esta ayudándome a progresar en mi vida profesional, a dotarme de estrategias para aplicar en el aula y saber mirar también hacia adentro y autoevaluarme con el fin de poder aportar lo mejor.
Publicado el día 14/03/20 12:44.
Juan Carlos Fuentes Torres
Por lo que respecta a qué he aprendido desde la perspectiva de la disciplina positiva me gustaría comentar que, sobre todo, me parece, ha habido por mi parte un cambio significativo en cuanto a mi actitud diaria ante el alumnado, es decir, he adquirido una mejor y más reflexiva postura frente a mis alumnos. Quizá podría hablar de una actitud más serena ante ciertos comportamientos. He tenido en cuenta lo aprendido en las sesiones de trabajo con Lucía Infantes y lo he aplicado a la hora de hablar con alumnos y tratar de entender su estado emocional. Por otra parte, he prestado atención a cómo ha llegado nuestro alumnado a clase cada día y he favorecido el diálogo sereno y reflexivo procurando que este alumnado verbalizara sus emociones.

Unido a lo anterior quiero hablar de lo que he practicado en mis clases, tal vez, sin ser consciente plenamente de ello. Siempre he utilizado el humor como herramienta para favorecer un clima positivo en el aula y, al mismo tiempo, posibilitar que ellos puedan expresar poco a poco cómo se sienten. Una especie de equilibrio consciente de afinidad y disciplina, interés por su día a día, sus intereses y preocupaciones cotidianas, todo lo que, sin duda alguna, ayuda a propiciar ese clima de aprendizaje.

Sin duda, para mí, lo fundamental sería seguir formándome en todo lo referente a la aplicación de la disciplina positiva en el aula, por ejemplo, en el tema de los conflictos o el de aquellos alumnos que rechazan participar en cualquier iniciativa propuesta. En las sesiones de trabajo con Lucía Infantes se hizo evidente este hecho compartido por los compañeros/as. Que el alumno sea parte de la propia resolución del conflicto; que se considere como parte responsable no solo en el hecho sino, también, en la resolución del mismo y, lo que es más importante, que podamos construir entre todos un nuevo marco de relciones basadas en las emociones.
Publicado el día 14/03/20 22:18.
María Noelia Martínez Casanova
Durante estos días, estoy reflexionado sobre nuestra práctica educativa y cómo, en pocos días, ha cambiado por completo.
Si antes destacábamos la importancia de la educación emocional y la disciplina positiva como un enfoque transversal en nuestras materias, ahora se convierte en un pilar, si cabe más importante.
La mayoría de nosotras y nosotros nos hemos visto forzados a adaptar nuestra práctica educativa y reorientar los esfuerzos hacia un alumnado que no está presente físicamente pero sí demanda, más que nunca, de nuestra atención.

En mi día a día me planteo cuestiones que, tal vez, antes no hacía: ¿Serán demasiadas actividades?, ¿Tendrán recursos necesarios para realizarlas?, ¿Qué momento de la semana es más conveniente enviárselas?. ¿Cómo le afectará una nota baja al evaluarle la tarea?. ¿Y una corrección?. ¿Estaré utilizando un lenguaje cercano, tranquilizados o por el contrario, estoy siendo seca, exigente?.

Si antes era importante tener estas consideraciones, ahora es más importante que nunca.

Creo que esta situación está siendo una buena experiencia para poner en práctica nuestras capacidades en disciplina positiva.
Publicado el día 26/03/20 13:55.
María Carmen Carrión Velasco
La aportación principal de este grupo de trabajo ha sido dar sustento a muchas de mis prácticas educativas, cualquier docente sabemos la importancia de enseñar desde el corazón, desde la empatía,..pero a través de disciplina positiva he podido consilidar esto. Como dice Lucía Infante: "en el aula se debe construir una relación basada en la empatía, el respeto y la responsabilidad". Trabajar con conocimientos de disciplina positiva me ha dado seguridad a la hora de dedicar un tiempo a trabajar situaciones de aprendizaje socioemocional, que por priorizar en nuestras programaciones otros contenidos curriculares, me producía cierta inseguridad el dedicar unos minutos de la jornada lectiva a este pilar fundamental en la educación. Hay dos palabras que definen lo que es la disciplina positiva y que tengo presente diariamente: amable y firme, para mi han sido fundamentales en mi practica diaria.
Por último me hubiera gustado afianzar mejor estrategias y técnicas de esta disciplina, sé que en educación no hay recetas mágicas, pero cuanto mayor sea nuestro conocimiento, cuanto más cargado esté nuestra mochila pedagógica tendremos más estrategias para nuestra práctica docente.
Publicado el día 17/04/20 20:44.
Victoria Cansino Robles
Victoria Cansino Robles
Creo que el raciocinio de lo emocional es algo muy significativo. Es decir, tendemos a pensar que el temario que tenemos que dar no está supeditado al contexto emocional, y, sin embargo, hemos observado que esto parece vital. Un ambiente de clase ¿viciado¿, con alumnado que demanda unos intereses y emociones concretos, nos hace parar y reflexionar las formas con las que interactúan profesorado y alumnado.
¿Estamos preparados para parar y priorizar el ambiente de clase por encima de los contenidos de cada una de nuestra asignatura? Creo que si algo he aprendido es que NO. Elena Espigares nos dijo en el curso que muchas veces al inicio de curso esta se o debiera ser la principal tarea. Porque cuando tengo un buen ambiente de trabajo. Cuando esto se ha conseguido, todo lo demás viene rodado, es más fácil seguro.

Sí bien he llevado a cabo estrategias de Disciplina positiva en el aula como la empatía con el alumnado a través del humor o la empatía, si me ha costado ver muchas veces que lo primero que tengo sueño buscar es un buen ambiente y que soy la artífice de priorizar esto por encima de otras cosas y cuestiones.
La dialéctica que se establece entre enseñante y enseñando, corrector y corregido no es fácil. La firmeza no debe estar regida con la amabilidad, no sé si he sabido transmitirlo bien a lo largo de estos años. Si algo me ha enseñado este curso de disciplina positiva es que mi micro mundo no es la explicación de los demás, no puedo dar por sentado que mi sentido del humor es comprendido i compartido y debo saber hacer llegar el cariño y el respeto a mi alumnado. Mi apoyo y mi criterio objetivo, al mismo tiempo que què quiero o espero de ellos y ellas. Pues muchas veces, no lo tienen tan claro como pensamos.
La idea de Elena de preguntar en vez de dar órdenes para hacer reflexionar a los alumnos-as sobre su propia actitud o comportamiento en clase me ha funcionado muy bien, pero no la empleo aún lo suficiente. No surge con facilidad. Me gustaría mucho que se pudiera hacer un taller específico sobre esto, ya que nos convierte en mejores profesores y es un perfil más democrático y democratizador. Es de lo que más me gustaría afianzar o desarrollar, además, destacaría el cómo poder llevar a cabo de una manera efectiva la estrategia del "enfoque en soluciones" involucrando al alumnado en ello; me parece interesante que el alumno-a pueda formar parte de la decisión sobre qué soluciones podemos establecer a las distintas circunstancias o conflictos que puedan surgir en el aula. También me gustaría hacer más hicapié en aprender a aplicar estrategias que nos ayuden a que el alumnado que no colabora en clase, en el sentido que sea, pueda cambiar su comportamiento y que aprendan a respetar las diferencias de opinión entre los compañeros-as de clase.
Publicado el día 20/04/20 13:41.

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