Buenas tardes compañeros,

Querría compartir con vosotros mi visión acerca de la labor realizada en este Grupo de Trabajo desde que lo iniciamos hasta estos días, tan extraños pedagógicamente hablando, que nos han tocado vivir.

Por mi parte, el Grupo me ha sido de gran utilidad, tanto para crear un material adecuado para los grupos de discentes con los que trabajo, como para llegar a ciertas conclusiones que creo mejorarán mi labor docente en el futuro.

Una de las particularidades de las asignaturas grupales, para bien o para mal, es la constante variación de los integrantes de los grupos. Hablando específicamente de agrupaciones vocales, que e smi caso, observo que un coro estable suele contar, además de con incorporaciones y ausencias puntuales, con un grupo permanente que va evolucionando paulatinamente. Se puede realizar un trabajo específico y profundo en cuanto a técnica vocal, empaste, dicción, etc., con la seguridad de que con el tiempo, ya sea más o menos, los objetivos marcados llegarán a cumplirse. Algo así como una apuesta de futuro con un alto porcentaje de previsión de éxito. En el caso de la asignatura de Coro, el grupo varía cada curso, teniendo como máximo a los alumnos/as dos cursos, aunque el grupo en general ya haya cambiado en la mitad de los componentes, ya que un curso completo termina la asignatura mientras se adhiere otro nuevo, que nunca ha cantado en grupo, por lo que hay que volver uno o dos pasos atrás para homogeneizar todo y que puedan comenzar sus pasos desde el inicio.

Esta circunstancia que suele darse en esta asignatura hace que sea necesaria (yo diría indispensable) la implicación del alumnado, no solo para cantar durante una hora y salir del aula hasta la semana siguiente, sino una implicación real, y una ilusión y compromiso que haga que la evolución sea lo más efectiva posible.

De este modo, he observado las marcadas diferencias que pueden darse entre diferentes grupos, no solo de un año a otro, sino de un grupo a otro. Estas diferencias pueden ser referentes a gustos musicales por supuesto, pero también a posibilidades vocales, ya sea por el registro que manejan con salubridad los alumnos/as, o la seguridad que puedan tener al cantar una línea melódica pudiendo atender a otros aspectos inherentes al canto coral como es la afinación (no solo la de tu voz, sino adecuándose a las otras voces), el mantenimiento del pulso estable, la atención a la figura del director, etc. 

Por ello, la labor que he realizado este curso arreglando las partituras en función de las características de los grupos que he tenido, tanto en gustos musicales como en elementos específicamente musicales, creo que sería algo que habría que hacer cada curso, con cada nuevo grupo, para que de esta manera la asginatura de Coro pudiera llegar a cumplir los múltiples objetivos que se plantean en la legislación.

Cada alumno es un "mundo vocal" diferente, y la voz de cada persona es algo muy especial que hay que cuidar y valorar. Si el repetorio no se impone sino que se adecua, las posibilidades de crecimiento vocal de los discentes se multiplican, ayudando también con ello a que el alumnado valore y se apasione con una actividad tan bonita tanto personal como musicalmente hablando, y que se ha demostrado que tantos beneficios aporta a las personas.

Aunque este confinamiento haya truncado en cierto modo la labor del Grupo, al no poder llevar a las aulas desde Marzo el trabajo realizado en cuanto a la composición y arreglos de piezas, el tiempo dedicado hasta ese momento ha sido muy fructífero y satisfactorio.

Espero que hayáis tenido una experiencia similar y que esta labor se mantenga en el futuro!

Un saludo,

Elisa Fernández