Dada la inusual situación que estamos viviendo por el estado de alarma y la suspensión de tareas educativas de forma presencial , se ha visto interrumpida la trayectoria que llevábamos en la formación y puesta en práctica del cooperativo.

 Como Directora del Centro valoro muy positivamente los resultados obtenidos  hasta el momento porque se estaba  cumpliendo todo el calendario de actuaciones  propuesto en el proyecto de trabajo, todo los cursos, con los especialistas, usaban, con distintos niveles de inmersión,  esta metodología según sus conocimientos,  y todo ello  junto a la implicación y entusiasmo demostrado por el  Claustro.

Hasta el momento se llevaban entregadas unas pautas teóricas de conocimiento sobre lo que es el cooperativo, su justificación, los beneficios que aporta en la formación del alumnado, la selección de técnicas de cohesión de grupos por cursos (una al mes), el tipo de alumnado según Pujolás ( Círculos, cuadrados y triángulos), los distintos tipos de perfiles de alumnado con los que nos podemos encontrar, criterios consensuados para agrupamientos, roles, modelos de planes de equipos, recogidas de reflexiones sobre errores o éxitos observados en las distintas prácticas¿quedando pendiente el tema de la evaluación y la iniciación a las tareas integradas. Es por ello, que es factible la posibilidad de continuar con la formación para el curso 20/21 aprovechando la casuística nombrada anteriormente.

Las dificultades encontradas son las típicas del ruido, el  desorden y la aparente sensación de que no estamos avanzando en el currículum como debiéramos.

Son muchos aspectos los que no se pueden valorar desde el día que cesaron las clases presenciales (o lo entiendo bastante complicado), como puede ser la interdependencia, la inclusión, los roles, cuadernos de equipo¿aunque se hayan desarrollado trabajos que al final conforman una tarea común como la producción de vídeos, redacción de cuentos¿

Toda esta circunstancia de enseñanza online  ha puesto en valor la importancia de una metodología interdisciplinaria y globalizada y a una coordinación de equipo docente intensa encaminada a un producto final. Así es como venimos trabajando con nuestro alumnado para evitar sobrecargas de trabajo y poder atender a todas las diciplinas curriculares y a todos los ritmos de aprendizaje, algo que empieza a acercarse a las unidades didácticas integradas. En este sentido Infantil siempre lo ha tenido más fácil por su tradicional manera de enseñar a través de proyectos.

Es verdad que ahora el profesorado no tiene la presión de una programación y temporalización establecida, por estar tan solo repasando contenidos trabajados en la 1º y 2 º evaluación, lo cual permite una mayor diversidad de actividades: interactivas,  más motivadoras, menos clásicas¿y todos los agentes implicados trabajamos de manera más relajada en ese sentido.

En la etapa de Infantil es donde he podido implicarme con esta metodología , por ser la maestra de Inglés. A estas edades se observan menos dificultades por estar habituados a trabajar bajo este paraguas. Llama la atención en todos los grupos, tanto al inicio en 3 años con la motivación de tener un papel dentro del grupo como al final de la etapa en 5 años donde se observa una madurez de cooperación , inclusión y sentido de grupo mayor.

De todo lo malo siempre hay algo positivo y creo que este ¿parón educativo¿ nos  ha servido para reflexionar sobre otras maneras de enseñar, otras maneras de organizarnos y otras maneras de aprender, que quizás, sean el germen para comenzar con un cambio de mentalidad pedagógica muy importante para desarrollar la metodología cooperativa.

Mi papel como directora es intentar animar, ayudar  y provocar aunque sean pequeños cambios que impidan el desánimo  que pienso que es lo más importante y  de ahí que considere seguir en la misma línea de trabajo, avanzando sin prisas pero con seguridad.