Como ya han comentado anteriormente, el principal logro conseguido con este curso de formación ha sido aunar todas las teorías, estrategias, acciones y actividades que venían desarrollándose en el centro desde hace varios cursos, facilitándose así la concreción de una de las líneas educativas del centro: la educación emocional.
La puesta en práctica de todo lo consensuado va a requerir de paciencia y tiempo, ya que sigue siendo un camino que no sólo implica un crecimiento profesional sino a la vez personal.
Como maestra del aula específica de EE sigo pensando que no me va a ser fácil poner en práctica algunas de las estrategias aprendidas durante este curso, pero lo que sí tengo claro es que gracias a lo aprendido en este curso sigo analizando día a día mis propias competencias emocionales e implicandome sinceramente en la construcción de un espacio-aula respetuoso, donde se trabaje de manera relajada, motivante y feliz.
En mi aula ya se ha comenzado a disfrutar de las sesiones de mindfulness, sobre todo a través de juegos de concentración y atención y tanto mi compañera como yo prácticamos la disciplina positiva ante cualquier conflicto en el aula, así como cualquier situación de desajuste emocional por parte de nuestro alumnado.
A nivel de centro seguiré participando para el siguiente curso en las actividades propuestas para el aula de mindfulness del centro, en los recreos inclusivos, en el programa Crecer en Salud, con el "Buen trato", el PIIE, etc.
Éste ha sido un año de nuevos aprendizajes, así que ahora toca poner en práctica todo para el próximo curso, a pesar de las nuevas circunstancias sociales ante las cuales tendremos que reorganizar más de un aspecto de nuestro entorno escolar. Esperemos que seamos capaces de adaptarnos a todo ello y seguir luchando por una escuela respetuosa y atenta a las necesidades emocionales de nuestro alumnado, que en definitiva es el objetivo esencial de esta línea de Centro.