La aplicación práctica de lo aprendido en el curso ya se analizó en entradas anteriores. En esta nueva situación sin clases presenciales por el momento son fundamentalmente dos los pasos claves del método Golden 5 que aplico. Por un lado, en cuanto a la gestión de aula, un paso relevante es anclar y proyectar. En lo referente a la construcción de relaciones, es esencial la retroalimentación para un seguimiento adecuado del aprendizaje.
En cuanto a los ponentes, mi punto de diferente en uno y otro caso. Respecto a la ponente de las primeras sesiones, valoro de manera muy positiva el convencimiento que transmite respecto a la eficacia del método Golden 5. Esto permite conectar con el curso aunque en un principio haya escepticismo respecto a sus beneficios.
Al mismo tiempo, esto hace que requiera por parte de los demás un optimismo casi dogmático sobre las bondades del método. Además, fue reacia a cualquier aportación que contradijera o se opusiera a lo que ella proponía.
Por el contrario, en el segundo ponente resulta manifiesto su contacto diario con situaciones de aula en las que pone en práctica lo que trata de enseñar. Esto hace que se muestre mucho más flexible respecto a las posibilidades de adaptación del método a cada circunstancia. Igualmente, se mostró abierto a cualquier pregunta y sugerencia, las cuales afrontó desde el convencimiento y el realismo. 
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