Este que termina ha sido, sin duda, el más extraño de los más de veinte años de carrera que llevo en educación. Lo que prometía un año tranquilo, con el asentamiento de los programas en el centro, unos resultados académicos razonablemente buenos, una convivencia a buenos niveles, por mor del estado de alarma se trasformó en una suerte de UNED de andar por casa. Ya hasta entonces, el programa Ecoescuela nos cocupaba casi más tiempo que el resto de las tareas académicas. Y en esto llegó la época de los audios de whatsapp de quince minutos con anuncios de apocalipsis y de remedios mágicos por igual con ideas de sanación de útero y de registros health realizados por coaching mientras bebemos bebidas calientes que matan el coronavirus. No sé si la pandemia nos hará mejores personas como dicen, pero espero que nos haga más valientes.